Las facciones corren por las ventanas de la casa desolada, y en las palabras descubrieron una nueva luz, detonante de certeza, la veracidad de un sentir. Cuando perece un alma golpeada en su camino no encuentra otro lugar sino la soledad.
Soledad pacífica y tranquila, atenuante del pesar creciente.
Observando tras un velo me encuentro al mundo, censurado en la estúpida oscuridad, distorsionando mi figura humanoide que huyendo de la penumbra se halla. —Corre sin parar, que por ahí ha de perseguirme la eternidad —Me digo cada día.
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Detrás Del Ébano ©
PoetryEl mundo suele ser confuso cuando va en tu búsqueda, las hegemonías simples son las que golpean hasta dejarme sin aliento. Las mandó el viento, triste realidad de aquellos lamentos. Detrás del ébano es el tercer poemario que escribo. Éste es el refl...