Corrupta la noche atacó al día.
Todo fluía mientras conjuntamente el uno al otro engullía.
En la anomia misma le eran arrancadas las ansias.
El deseo les era arrebatado de sus manos.
Y el día, sublime y perpetuo, doblegó a la noche.
Titanes de miel y mies, en batalla eterna se hallan. Se atacan con todas sus fuerzas.
De muerte se hirieron, desangrándose en el campo cayeron los dos.
El blanco y el negro en matices grises surgieron.
El blanco manchado de negro estaba, el negro, de blanco invadido se encontraba.
Almas lastimadas, mutiladas, arrepentidas, desentrañadas, aquellas almas se amaban.
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Detrás Del Ébano ©
Thơ caEl mundo suele ser confuso cuando va en tu búsqueda, las hegemonías simples son las que golpean hasta dejarme sin aliento. Las mandó el viento, triste realidad de aquellos lamentos. Detrás del ébano es el tercer poemario que escribo. Éste es el refl...