Demente

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Chocolate sabor a ternura
con aroma a necedad
estrellada en los versos oscuros
en las prosas sin luz.
Deambula su  mirada
en la nada que lo es todo
sumergida sin remedio
en imágenes y recuerdos
sentimientos y emociones
los poros puntiagudos se tornan.
Cómo ayudar
sí los demonios dictan crueldad
cómo sentir
sí los espejos son irrompibles
cómo ser algo
sí a nadie personifica.
Ya no supo quién era
o qué al menos.
Arrancando el velo
extirpando las máscaras
retirando al bandolero
iluminando la sombra
deambulando por la psiquis
devuelve lo robado
un sentir antiguo
una mirada rechoncha
unos labios sellados
un par de ojos brillantes
aquí o allá
Las horas llevan nombre
los segundos patentan palabras
cuándo la poesía se hace dialecto
los versos conversaciones
y la prosa simple cháchara madrugadas tras madrugadas
en una luna y luego otra
así halló la vida
encontró lo perdido
desató pensamientos apócrifos
cientos de palabras
y no alcanzo su tez
miles de versos cuando lejos se halla
un poema sin poesía
qué importa sí el mundo gira
sí los domingos no tienes su voz
qué importa dónde esté
sí la siento aquí viendo tv conmigo
desteñir las letras de tanto escribir
deshacer los demonios Inicuos
Sonreír sin voluntad
hablar desde la lejanía
no se esfuerzan por salir
cómo sí estuviesen allí dormidos
y los desperté
corrieron desenfrenados
sus pasos resonaban a lo lejos
voces audibles en la distancia
así salieron éstas letras malditas
en la Oscuridad
de ponzoña venenosa
en la necesidad de risa
con hambre de tacto y rose
Nunca la muerte supo tan diferente
jamás la poesía había sentido esto.

Detrás Del Ébano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora