Estar a las 4 de la mañana en un tren de siete paradas no es muy lindo y menos si no puedes dormir, no es que no se pueda pero simplemente no quiero hacerlo... Porque si lo hago nada ni nadie me despertaría, me recuerdo a cada momento que esto lo hago por Luke, por mi mejor amigo al cual no veo hace cuatro años, todo por su banda. Saco un cuaderno y unos lápices que siempre llevo en mis mochilas para cuando me aburra, en este caso no tengo ninguna otra cosa que hacer, la música me haría dormir a pesar de mi amor por el hard rock y tampoco tengo juegos en mi celular, además ya he tachado la idea de dormir, hago unos cinco dibujos y luego el tren para y suena una voz diciendo "Pasajeros, hemos llegado a Adelaide, buenas noches". Sonrío y tomo mi mochila, antes de que se abran las puertas llega un chico de un poco más de 23 años despertando a los pasajeros, genial, desaproveché una gran oportunidad para poder dormir. Se abren las puertas y bajo apresuradamente dirigiendome al último vagón donde guardan el equipaje pesado, un guardia me pasa mi maleta llena de parches y etiquetas, le doy las gracias y salgo de la estación, saco mi celular y veo que tengo un mensaje de Luke: "Mira a tu izquierda." Hago lo que dice y me encuentro a un Luke despeinado y con la pijama puesta.
—¡Lukeeeeee! —grito y corro lo más rápido que puedo hacia él.
—¡Aria! —dice alargando mi nombre y abrazandome con fuerza— ¿No podías tomar un avión? —bromea.
—Sabes que amo los trenes. Además tú fuiste el que decidió venir a buscarme —digo apuntandolo.
—Esta bieeen, vamos —dice rodeandome los hombros con su brazo—. Por cierto, amo tu polera —apunta a mi polera de All Time Low.
—Te traje una de su concierto.
—¿El que hicieron en Sydney el año pasado?
—Nop, el que hicieron ayer —digo riendo.
—¡Así que por eso no quisiste venir antes! —exclama frenando haciendose el enojado.
—Probablemente... Quien sabe...
—Ugh... Sube —abre la puerta de un bonito coche y me subo en el asiento del copiloto.
—¿A dónde vamos?
—Al hotel —dice con cierto tono de "es muy obvio".
—Bueno ya, no me pegues.
Pasamos el camino hablando de que habiamos hecho estos ultimos años, de como habiamos cambiado y muchas cosas, luego llegamos al hotel.
—¿Qué piso tienes?
—28. Habitacion A203
—¿Cuántos pisos hay aquí?
—30... ¿Por?
—Curiosidad...
Subimos al ascensor luego vamos a la habitación de Luke.
—No te molesta dormir conmigo hoy, ¿No?
—Claro que no.
—Gracias al cielo, estoy muy cansado.
—Tu no pasaste cuatro horas sentada en un maldito vagón sin poder dormir.
—Solo a ti se te ocurre venir en tren —dice mientras se acurruca en la cama cerrando los ojos.
—Bueno, buenas noches —digo tapandome sin haberme quitado nada más que la chaqueta.
—Igual.
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