Nos seguimos besando con pasión por unos 5 minutos más, luego salimos a la parte de la playa, Ashton esta ahí, con una cerveza en la mano y Mike frente a él, me suelto de Calum y voy hacia él.
—¿Ya le dijiste? —le digo en el oído, agachandome a su lado.
—Estoy en eso —responde.
—¿Donde está Sky? —digo, a los dos.
—Adentro, en el bar, si mal no recuerdo —dice Mike.
—Gracias —sonrió y miro a Calum— Voy a hablar con ella, ya vuelvo.
—Claro.
Sky está donde dijo Mike, estaba con una botella de cerveza, se la quito a penas la veo, levanta la cabeza del mesón y me mira confundida.
—¿Qué? —dice— Oh, Aria... —babea y luego mastica.
—Oh, Sky, ven aquí —la levanto de la silla pero se tambalea y cae—. Arriba, Sky, levantate —trata de pararse pero cae de nuevo y estalla en carcajadas, la levanto yo y la llevo escaleras arriba— A dormir.
—Pero si la fiesta recién comienza —dice, se tira a la cama y vuelve a reir, luego me mira—, Aria, eres tan buena amiga...—toma un mechon de mi cabello y lo ondula con su dedo—Sería lesbiana por ti, sabes...
—Eh... Sky, acuestate, a la cama —digo y la arropo—. Mañana estarás con resaca.
—¡A la mierda la resaca! —grita y vuelve a reir— Yo solo quiero divertirme.
—¡Acuestate! —grito y se acomoda en la cama—. Buenas noches —apago su luz y cierro la puerta, al salir veo a Calum parado en el corredor, con la cabeza apoyada en la pared— ¿Qué haces aquí?
—Esperarte
—Oh... ¿Has visto a Luke?
—Está en su pieza, con Jenn —abro los ojos de inmediato— ¡No! ¡No de la manera que crees!
—¿Qué están haciendo entonces?
—Juegan verdad o reto, creo, hay más personas dentro, además de ellos.
—Ok, ¿Vamos a seguir bailando? —pregunto, porque de verdad, ya estoy demasiado adolorida como para seguir moviendome.
—No lo sé ¿Tu quieres? —Meneo la cabeza diciendo 'no', el sonrié y me mira—. Vamos a acostarnos entonces.
—¿Y la fiesta?
—Mike y Ashton están encargados —sonríe con satisfacción y me toma de la mano—. No te preocupes, Aria, vamos a dormir.
—Está bien —suelto un suspiro y dejo que me dirija a la habitación que ambos compartimos—. Te aviso que no estoy en condiciones de hacer nada más —rié y me mira con ternura.
—Lo sé, Aria, tranquila —se baja los pantalones y se saca su camiseta, luego se acuesta y se arropa— ¿Qué esperas? —dice.
—No me puedo poner el pijama si me miras —digo con la sangre subiendo a mis mejillas, ríe y se da la vuelta—, no mires —me saco todo a excepción de mis bragas, me pongo una camisa suelta vieja y shorts holgados—. Ya.
Se da la vuelta y se acerca a mi cuando me acuesto, me abraza y me besa.
—Buenas noches —dice.
—Buenas noches —respondo.
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