Dedicado a TheLittleCrazyMofo.
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A la mañana siguiente me levanto con los ojos muy hinchados, me trato de levantar pero no puedo, me giro y veo a Calum plácidamente dormido con su brazo alrededor de mi cintura, levanto su brazo y lo dejo con cuidado en la cama, me levanto y voy al baño.
Dios mio, estoy hecha un lío.
Mis ojos están rojos, tengo unas ojeras horribles, el poco maquillaje que me había puesto ayer estaba completamente esparcido por mi cara, empezando por los ojos, bajando por los pómulos y terminando en la comisura de mis labios. Me lavo la cara, me ducho y salgo del baño.
Al llegar a mi habitación saco un pantalón negro con una polera verde, vans del mismo color y mi ropa interior, me cambio y salgo de la suite, pero algo me detiene.
-¿A dónde crees que vas? -me giro y veo a Calum, ya cambiado, comiendo una manzana.
-A comprarme un café.
-Pues voy contigo.
-Calum, ayer fue tierno tu apoyo, pero ahora quiero estar sola -digo girandome hacia el pasillo que da a los elevadores.
-No te concederé ese deseo, quien sabe que estupidez harías.
¿Pensaba que me iba a matar? Bueno, tal vez... No, eso nunca.
-No me voy a matar, te lo prometo...
-Me da igual, yo voy contigo.
Me rindo, suelto un bufido y camino, Calum se apresura a llegar a mi lado y me toma la mano, miro nuestras manos entrelazadas. ¿Dónde está el Calum que me hace bromas? El Calum que no puede pasar un día sin bromear sobre mi, ¿Dónde estará? Me gusta este Calum, a pesar de todo, pero creo que ya me acostumbré al Calum bromista.
Llegamos a la cafetería, pedimos nuestros cafés y nos sentamos en una mesa.
El silencio es incómodo, yo pensando en mi madre y Calum en no sé que.
-Aria -dice-, sabes, eh... tú... tú me gustas mucho y... te lo tenía que decir, ya no lo soportaba más -lo miro a los ojos, el no está mintiendo, esto no puede ser real ¿Dónde están las cámaras? ¿Aló, MTV?- ¿Vas a decir algo o...?
-Oh, sí, lo siento -Hago una pausa y lo miro, Dios mio, Sky tiene razón, a mi me gusta Calum, recuerdo cada vez que lo vi reír, cada vez que hacía esas caras de mono, cuando bailaba, o cuando cantaba y tocaba el bajo, él me gusta, y yo a él- tú... tú tambien me gustas -digo con el rubor subiendo a mis mejillas.
-Entonces, Aria -dice, lo miro extrañada y añade-: ¿Quieres ser mi novia?
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