Caminos cruzados

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-Necesito ese dinero...- mencionó fríamente observando desde su balcón el atardecer de la ciudad -... y arréglalo Naraku.- ordenó sujetando sin mucha presión el móvil en su mano.

-Sabes bien que no se puede... desde que cometiste esa estupidez en la universidad, tu mesada se redujo al mínimo...- escuchó del otro lado de la línea.

-Esa solo es una excusa... siempre se puede y lo sabes...- insistió mientras el viento fresco ondeaba su larga trenza.

-El imbécil de Totosai jamás aceptará...- se escuchó molestia en su comentario -...aunque...- añadió haciendo sonreír al moreno del otro lado de la línea -...hay otras formas... pero, no son tancorrectas - finalizó seguro de que ambos obtendrían un beneficio.

-Hazlo- dijo pensar, después de todo, él tenía la facultad para ordenar eso... se trataba de la empresa de su padre, y con él muerto; era prácticamente el dueño... y lo sería por completo cuando se graduase.

-¿Seguro?... ¿si sabes que para que tú ganes... alguien tiene que perder, Bankotsu?- habló la ronca voz del sujeto al otro lado del móvil.

-Mph... negocios son negocios... así es esto- aseguró y cortó la llamada. En ese momento no imaginó siquiera a quién dañaría y cuánto lo lamentaría.

-¿Quieres dejar ese celular y hacerme caso por un instante?- escuchó una melosa y aburrida voz femenina a su espalda.

-¿Sigues aquí?- preguntó sin interés y sin voltear a verla.

-¿Esperabas que me fuera?- cuestionó con reproche mientras lo abrazaba por la espalda, cubriéndolos a ambos con la delgada sábana que era la única que ocultaba su desnudez.

-Siempre es así... no sé qué te hizo pensar que hoy sería diferente- dijo y quiso girarse para ingresar a la sala del departamento, pero ella mantuvo su abrazo y acariciaba su torso desnudo.

-Pensé que ahora que ya no estabas con ella, lo nuestro... podría...- titubeó y aun así, intentó meter su mano bajo el ajustado bóxer negro que únicamente vestía el joven.

-Déjate de estupideces...- mencionó fríamente y se la quitó de encima -...solo es sexo, siempre ha sido así -finalizó entrando al departamento.

-¡Bankotsu!- le gritó indignada -... siempre te he esperado... aun cuando estabas con ella, tú y yo nunca dejamos de... ¿qué tiene de malo si ahora quiero ser tu novia?- cuestionó mientras ingresaba a la recamara tras él.

-Mph... ¿novia?- cuestionó irónicamente con una sonrisa de lado -...yo no tengo novias... eso sería perder mi tiempo.- aseguró aventándole la blusa que anteriormente le había quitado -Ahora vete que tengo cosas que hacer...- dijo y tras acercarse al escritorio en esa habitación, encendió su portátil.

La chica tomó la blusa que le había arrojado y lo vio darle la espalda...dejó caer sus hombros con desgano y prosiguió a buscar el resto de su ropa... -supongo que algún día llegará una chica que te rechace como tú lo haces conmigo...- habló sin verlo... reconocía una vez más que ese sujeto le gustaba, aunque siempre la trataba del mismo modo.

-¡Por favor Tsubaky!- se burló -...eso nunca ha pasado, ni pasará...- añadió seguro de sí mismo, mientras tecleaba en el portátil. Todavía permanecía de pie y sin voltear a verla.

-Pues te recuerdo que una te acaba de botar...- dijo cínicamente la delgada y pelinegra mujer.

-Ella no me ha botado...- dijo simplemente-...solo buscó un imbécil que le cumpla sus caprichos...

-Eso no pasará conmigo... - dijo giñándole un ojo - ...sabes que siempre estaré para ti.

Él la vio de reojo -te estabas yendo ¿no?

Razones Equivocadas (Disponible en Amazon como original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora