tensión

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Kagome seguía sintiendo su corazón nervioso y el cuestionamiento del moreno seguía estremeciéndola más que sus caricias, o la promesa de lo que ocurriría entre ellos esa misma noche y las horas que le siguiesen. Avanzó siguiéndolo y chocó contra él al haberse detenido abruptamente.

-¿Qué?- preguntó desorientada.

La mano del moreno la apretó inconscientemente -Mi-Midoriko-. La voz del ojiazul fue profunda.

Kagome salió de tras él y observó a la mujer que solo tenía ojos para Bankotsu en ese momento, luego volteó a verlo a él y su mirada había cobrado profundidad, seguía apretándola de la mano pero estaba segura que ya no sabía que estaba a su lado... ¿quién sería esa mujer?

La puerta del elevador comenzó a cerrarse y Bankotsu la detuvo con su mano mientras seguía sosteniendo la maleta de la pelinegra.

-¿Qué haces aquí?- su voz sonó ronca mientras salía del lugar con Kagome de la mano. Ella guardó silencio y sintió cierta tensión en el ambiente.

-Quería verte. Te he extrañado tanto-. Mencionó la dolida mujer y Kagome abrió los ojos sorprendida... "¿qué?" pensó preocupada y el nerviosismo de hace un momento desapareció.

-Kagome- la nombró el ojiazul al voltear a verla, ella alzó su vista todavía sorprendida por esas palabras -entra al departamento-. Le dijo dándole las llaves.

-Pero...-dijo desconcertada.

-Ve- la voz seria del moreno y la mirada atenta de la mujer la hicieron solo asentir y tomar las llaves... ¿qué era ese vacío en su estómago?

-¿Quién es ella?- alcanzó a escuchar el cuestionamiento.

-Mi novia- la voz seria y dolida del moreno llamaron su atención justo al momento de entrar al departamento.

Su corazón por alguna razón latía fuerte en su pecho y no entendía ese tipo de incomodidad que comenzaba a recorrerla. Hasta hace unos minutos estaba nerviosa y tal vez, un poco ansiosa por ese cuestionamiento que Bankotsu le había hecho... ¿él de verdad quería tener algo en serio con ella? Negó en silencio... no era posible, Bankotsu no tenía novias y además, nunca le había sentido ningún interés fuera del sexual por ella... a veces hasta dudaba que él quisiera a alguien. Abrió los ojos con sorpresa al recordar... Kouga alguna vez le había dicho que Bankotsu estuvo saliendo con una chica por mucho tiempo, pero que nunca supieron quién había sido ella... ¿sería esa mujer?

-Tal vez por la diferencia de edades lo mantuvo oculto-. Se dijo en voz baja.

Su pecho se apretó y se sintió tonta al estar ahí, seguro ellos dos tenían una historia... mordió su labio y comenzó a caminar al interior del departamento... ¿y si se iba? No, mejor esperaría a que él entrara, no quería salir y verlos besándose o haciendo algo de lo que él acostumbraba hacerle a ella, ahora a esa mujer... cerró los ojos mientras se lamentaba... mordió su labio y comenzó a subir las escalera, se sentó estando a un par de escalones de estar en la segunda planta... si esperaba en la sala se sentiría más ridícula.

-A ti no tiene porqué importarte, Kagome- mencionó amargamente mientras se abrazaba las rodillas y apoyaba su rostro en ellas. De pronto se sintió de más en todos lados... Inuyasha estaba con Kikyo, y Bankotsu...

... .. ... . ... .. ...

Bankotsu vio de medio lado que la puerta se había cerrado y volteó a ver a la mujer que también observaba a la pelinegra que había entrado al departamento.

-Es bonita-. Dijo ella.

-Ella no es tu asunto-. Le aclaró y cierta amargura se le escapó.

Los dos pares de ojos azules se encontraron... ella sonrió con nostalgia y bajó la mirada.

Razones Equivocadas (Disponible en Amazon como original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora