¿hermanos?

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Recorrió en varias ocasiones con su fría mirada los pasillos saturados de estudiantes, mientras avanzaba por el edificio de su facultad. Otra vez no estaba.

Sacó su celular y digitó su número, marcó y esperó un momento... ella no contestó.

-¿Qué demonios te estás creyendo, Kagome?- se preguntó molesto mientras mandaba un mensaje.

Era jueves, y desde el lunes que se separaron en el estacionamiento, no había vuelto a saber de ella... Quiso darle tiempo para asimilar las cosas, ella era estúpidamente pudorosa, y estaba seguro que el solo hecho de verlo a la cara le representaría un problema después de lo último que hicieron, pero ya se había fastidiado... él era quien ponía las reglas y no la iba a dejar pensar lo contrario.

Siguió su camino con destino a la primera de sus clases. Ese mismo día ella tendría que enfrentarlo, y se aseguraría de borrar cualquier pudor en ella.

-¡Bankotsu!- escuchó una voz femenina llamarlo. Justo ahora no pretendía discutir con ella.

-¿Qué quieres Tsubaki?- preguntó intentando no sonar tan fastidiado como cierta pelinegra lo tenía.

-Al parecer estamos de malas...- comentó con burla y se aferró a su brazo mientras lo incitaba a caminar.

El moreno rodó los ojos y siguió avanzando con ella, después de todo, su próxima clase la compartían.

-¿Por qué no me has llamado?- preguntó un poco más seria la joven, después de que cruzaron la puerta de la enorme aula.

-He estado ocupado...- dijo simplemente y movió su brazo para soltarse de su agarre.

Cierto peliplata los observó molesto entrar desde su lugar. Negó en silencio, ese imbécil no cambiaba, estaba seguro que Tsubaki era algo así como su amante oficial, no iba a dejar que alguien como él se acercara de más a Kagome.

-Siempre me habías hecho un espacio entre tus días...- mencionó y sonrió, él se sentó en una de las largas bancas y ella sobre las iguales mesas, frente a él y en actitud melosa.

Bankotsu no dijo nada, era cierto, pero ahora había estado ocupado con Kagome.

-Tal vez después...- mencionó al ver el ceño fruncido de la chica que parecía examinarlo.

-No estarás saliendo con alguien ¿o sí?- cuestionó molesta y sin moderar su tono de voz. Tanto el peliplata, como su novia que recién entraba prestaron atención a la reacción del chico.

Bankotsu sonrió de medio lado divertido, se recargó en el respaldo y se llevó las manos a la nuca -y si lo hiciera ¿qué?- mencionó soberbio. Él había notado las miradas que pesaban sobre él y se había ganado un par más de otros de sus compañeros.

Ella no pudo evitar su asombro y molestia, estuvo a punto de comenzar a discutir con él, por fortuna para el ojiazul, el catedrático había entrado en ese preciso instante, ahorrándole la molesta escena. Y mientras la clase comenzaba, él volvió a revisar su celular, lo apretó molesto al no haber respuesta... volvió a escribir y a mandar un nuevo mensaje.

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Estaba en medio de su clase de Probabilidad cuando el vibrar de su celular la obligó a dar un respingo, para su fortuna, el catedrático estaba ocupado escribiendo en la pizarra y sus compañeros anotando, y nadie lo notó... nerviosa lo sacó de la bolsa trasera de esos jeans que estaba usando... lo observó y vio con temor el nombre de la persona que la llamaba... no contestó, estaba en medio de su clase... segundos después el aparato dejó de vibrar... cerró los ojos... ¿cómo lo iba a ver a la cara? Estuvo a punto de guardarlo, pero volvió a vibrar al instante...

Razones Equivocadas (Disponible en Amazon como original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora