Apoyó su espalda sobre el mullido colchón al darse vuelta mientras luchaba por volver a dormir. Era sábado y aunque seguía cansada por no haber dormido suficiente, el sueño la había abandonado minutos antes. Todavía no amanecía y esa madrugada era fresca, su cuerpo era protegido por una cobija afelpada.
Suspiró intentando relajarse... llevó una de sus manos a su cuello y sintió el palpitar de su corazón ligeramente más acelerado.
-¿Qué te está pasando, Kagome?- se preguntó en un susurro. Se sentía extraña, había llegado muy tarde después de salir con Bankotsu, Sango por suerte la había esperado para abrirle, tuvo que contarle algunos detalles, pero omitió, como siempre, esos momentos que Bankotsu la hacía vivir. -¡Dios!- mencionó despacio al cerrar los ojos. Bankotsu le dijo que le gustaba... sintió su corazón acelerarse un poco más al recordarlo. No entendía esa reacción extraña que eso le hacía sentir.
Para su pesar, ella reconocía que Bankotsu le atraía, el sujeto era un pesado, un manipulador y chantajista también... sin embargo, sin embargo le gustaba, era atractivo, y todo eso que le hacía y le decía... le gustaba.
"Esto no puede ser" pensó al removerse bajo su cobija, sus hormonas no podían competir con los sentimientos que nacían de su corazón... Bankotsu no podía competir contra Inuyasha en su mundo... no podía, y aun así; lo hacía.
Movió impaciente pero suavemente la mano que tenía sobre su pecho y rozó únicamente las puntas de sus dedos en él.
-Lo de anoche... eso fue... - mencionó y su corazón siguió acelerado -...casi como hacerlo.
Y no pudo evitar volver a trasladarse a ese momento, horas atrás... ella y él... ese auto. Su respiración comenzó a hacerse lenta y pausada. Mordió su labio al casi sentir las varoniles manos tocando su piel... la parte consciente de su ser pareció ceder ante sus anhelos ocultos y de los que, inevitablemente, terminaría culpándose. Pero ahora... dejó escapar un gemido ahogado cuando apretó sus piernas al volver a sentir las sensaciones anteriores... todo llegó a ella, los recuerdos de ambos semidesnudos, la piel caliente de ambos... eso le erizó la piel... sus respiraciones agitadas, y más que nada, esos gemidos o jadeos, que le escuchaba... su fuerza y el placer. Kagome acarició su cuerpo... estaba consciente que si él hubiese presionado un poco más, ella hubiese cedido.
Tragó pesadamente cuando se descubrió tocándose justo cómo él, en aquella primera vez que salieron, le pidió. Apretó sus ojos y ladeó su rostro... siguió acariciándose ¿por qué de pronto la idea de intimar completamente con Bankotsu no la asustaba? ya no le resultaba algo grotesco e impensable hacerlo sin amor. Obedecer a su cuerpo ya no le parecía malo. Lo peor, era que tal vez, la corrompía más la idea de hacerlo con él, precisamente él. Ya se sentía bien a su lado, y aunque no lo amaba, sí, si le gustaría estar con él... tal vez por la experiencia o tal vez por la atracción... Evitó pensar y solo se concentró en sentir, su cuerpo era recorrido por un cosquilleó que adormecía su cuerpo y su pudor.
Su espalda se arqueó y sus pezones se erectaron bajo la delgada blusa de su pijama... su piel ardió en sensibilidad. Mordió su labio con fuerza y flexionó sus piernas ligeramente conteniendo el cúmulo de energía y placer que amenazaba con desbordarse como ya lo hacían sus sedosos fluidos. Una de sus manos volvió a subir a su pecho y la apretó suavemente sobre su cuello... no podía creer lo que hacía. La otra mano, siguió su casi automático movimiento y tras un par de precisos roces en la parte más sensible de su cuerpo, logró hundirse en el más puro placer... un placer distinto, justo como ese de momentos antes, en compañía del ojiazul.
Retiró despacio su mano cuando fue plenamente consciente de hasta dónde se podía dejar llevar... se volteó y ocultó su rostro que seguía ardiendo, no sabía si por vergüenza o por la solitaria pasión que la envolvió.
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Razones Equivocadas (Disponible en Amazon como original)
FanficKagome había llegado a su primer día en la universidad con sus ilusiones en la mano, siempre sosteniendo el sueño de que ella e Inuyasha se casarían, como alguna vez de niños juraron. Por eso verlo besando a Kikyo, una hermosa y atractiva chica, la...