cumpliendo acuerdos

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Kagome suspiró cansadamente mientras se repetía que eso era lo mejor. Terminar con Bankotsu era lo mejor... ya no tendría que fingir, bueno, no del todo. Tragó pesadamente al momento de animarse a girar la perilla y entrar a su dormitorio.

-¡Kagome!- las dos voces femeninas se unificaron cuando se vio en el interior.

La pelinegra todavía no cerraba la puerta tras ella, y abrió los ojos con sorpresa al ver los rostros de sus dos mejores amigas con diferentes expresiones cada una. Sango la veía notoriamente preocupada, mientras Yura, la veía con picardía y entusiasmo.

-¿Hola?- mencionó nerviosa, e instintivamente dio un paso hacia atrás.

-¡Ey! Ven cuéntanos- Yura le saltó encima y la jaló para sentarla en la cama de la castaña.

-¡Nada de cuéntanos!- regañó indignada Sango una vez que cerró la puerta y veía con reproche a la pelicorta -¿qué pasó?¿estás bien? Bankotsu es un bruto, ese idiota prácticamente te secuestró- mencionó al agacharse a ver a Kagome y poner una mano sobre su hombro en forma conciliadora.

Yura la vio con sarcasmo -es su novio, no la secuestró- mencionó de ese modo al golpear fastidiada su mano.

-Bueno, sobre eso...- habló Kagome.

-Eso es lo de menos- mencionó indignada la castaña ignorando por completo a Kagome-...él idiota se la llevó de ahí a la fuerza. Todos lo vimos, además de que estoy segura que la tuvo incomunicada.- le refutó a la pelicorta que rodó los ojos.

-Son novios, son jóvenes. Fue un arranque y eso es delicioso- volvió a hablar la voluptuosa joven sin voltear a ver a Kagome, que esperaba un respiro en esa discusión para poder explicar.

-¿Delicioso? ¡Eres una sucia! ¿qué no estuviste preocupada?

-¡Por supuesto que no! Kagome es mayor y sabe lo que hace.

-Él la secuestró.

-¡No la secuestró! ¡es su novio!- aclaró la otra desesperada.

-¡Ya no lo es!- interrumpió Kagome al ponerse de pie, se había cansado de ver a una y a otra alegar sin prestarle atención.

-¡¿Qué?!- el cuestionamiento fue unificado en dos distintos tonos.

Y Kagome suspiró cansadamente -eso... que ya no somos novios.- explicó al volverse a sentar.

Sango se quedó de pie extrañada y Yura la observó atónita -¿eres idiota, Kagome?- habló esta última luego de un segundo de asimilar sus palabras.

-¡Oye!- reclamó ofendida.

-¿Terminaste con él?- interrumpió incrédula Sango las siguientes palabras de Yura.

Kagome inspiró hondamente -sí.

Yura dejó escapar el aliento -ni siquiera lo hicieron, ¿cierto?- cuestionó completamente decepcionada.

Sango dejó de respirar y Kagome sintió un escalofrío cuando las miradas de sus amigas se posaron sobre ella. Yura sonrió de imaginar que tal vez Bankotsu se hubiese propasado y por eso Kagome terminó con él, Sango creyó algo similar.

-Por supuesto que... no.- mencionó y se sintió pequeña. Si ellas supieras hasta dónde había llegado con él. ¡Dios! ¿qué había hecho? Su rostro ardió.

Sango suspiró agradecida que su amiga estuviese bien -Inuyasha estaba vuelto loco...- comentó al sentarse junto a las otras dos.

-¿Qué?- cuestionó la pelinegra al voltearla a ver.

-¿Por qué no contestabas, Kagome?- volvió a cuestionar la castaña. Yura se había dejado caer de espaldas sobre la cama y totalmente decepcionada.

Razones Equivocadas (Disponible en Amazon como original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora