la familia, una cita y un problema

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-Creo que deberías usar este...- aconsejó la castaña mostrándole delgado vestido beige con un escote sugerente -...es bonito y como diría Yura...- hizo una pausa -...echarás a volar la imaginación del tonto de Inuyasha- completó y sonrió convencida.

-¡No!- habló rápidamente -...ese escote es demasiado.

Sango rodó los ojos -si no te arriesgas, ¿cómo esperas quitárselo a Kikyo?- cuestionó inclemente.

Kagome enrojeció... ¿cómo decirle que no quería usar ese vestido no por no arriesgarse, sino para evitar que la marca que Bankotsu dejó en sus senos se viera?

-Creo que usaré este...- dijo y sacó un vestido halter sin escote color naranja y que le llegaría centímetros arriba de la rodilla.

Sango lo vio con decepción -es bonito pero...

-Es una comida familiar... no voy a ningún antro...- recordó con fingido cansancio y se giró para dejarlo sobre su cama.

-Bien...- cedió indignada -...pero pronto tendremos que renovar tu guardarropa.

Kagome estuvo a punto de soltar un comentario irónico pero el móvil de su amiga llamó la atención de ambas.

-Debe ser Miroku...- mencionó la castaña emocionada y casi corrió a su pieza.

Kagome sonrió divertida... Sango se esforzaba por hacerles creer que Miroku no la traía muerta, pero sabía que mentía, y que lo hacía porque en el fondo desconfiaba de su lealtad y temía que la lastimara; aunque ya llevaban casi un año saliendo y para su fortuna, el chico se había comportado a la altura.

Mordió su labio al escuchar a Sango iniciar la conversación en el otro sector...

"¿Ahora cómo hago para deshacerme de Bankotsu?" pensó preocupada.

Había estado hasta cierto punto tranquila de no haberlo visto el viernes, y la mañana del sábado parecía perfecta hasta que él apareció nuevamente...

-Ven...- la sorprendió mientras caminaba por uno de los pasillos del edificio de su facultad. La jaló con él hasta encerrarse con ella en una gran aula vacía.

-¿Qué?- preguntó desorientada.

-No creas que me he olvidado que tenemos algo pendiente.- dijo y le sonrió de medio lado, la acorraló contra la pared.

Ella bajó su rostro -no pensarás que...

-Hoy no puedo, tengo partido... pero mañana serás toda mía- le aseguró mientras recorría con la punta de su nariz su cuello. Kagome tembló y cerró sus ojos -...así que cancela cualquier plan que tengas.- dijo y se apartó de pronto de ella.

Kagome abrió sus ojos lentamente y lo vio sonreír, abrir la puerta y marcharse... segundos después varios jóvenes ingresaron al lugar. Dio un respingo al darse cuenta que su clase también estaba por comenzar y esa no era su aula. Corrió para llegar a tiempo.

Se sentó en el marco de su ventana, el viento ondeó su negro cabello y le dio un momento de tranquilidad... afuera el cielo azul era ligeramente oculto a su vista por el enorme árbol de ginkgo frente al edificio... era un día tan agradable para tener ese tipo de problemas...

-¿Pero qué demonios se cree?- se preguntó indignada y en voz baja. Bankotsu no era nadie para llegar y decirle cuándo y qué hacer. Se levantó dispuesta a darse un baño y arreglarse. Le diría la verdad, ella ya tenía planes antes de que él apareciese... solo omitiría la parte de Inuyasha en todo eso, no quería dejárselo saber, ¿quién sabe cómo reaccionaría?

Razones Equivocadas (Disponible en Amazon como original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora