"La oscuridad me consume, mi alma llora de desamor, muero por dentro, pero la vida sigue" ALEXANDRA ALVARADO
APRIL:
La intensidad de su mirada todavía me abruma, al llegar a mi apartamento después de un día largo de estudio, mis manos están temblorosas al igual que mis piernas, busco las llaves en mi mochila, y me cuesta un montón concentrarme para abrir la puerta.
Dios mío, son las únicas dos palabras que puedo pronunciar, al quitarme la ropa e irme a la cama a descansar.
Tuve que aceptar su invitación, como podía decirle que no a ese pequeño.
No entiendo sus comportamientos desde que lo conocí, me importa menos, lo único que está prevaleciendo en mi memoria es lo que me está haciendo sentir, porque ningún chico me había descontrolado de aquella forma con solo besarme.
En mi mente retumbaba una y otra vez, la forma en la que sus labios se movían y como me acercaba a él, con ello me doy cuenta la conexión que sentimos es más que la atracción, es algo que no puedo evitar a medida que recorre el tiempo.
Cierro mis ojos y me dejo llevar por el inevitable sueño.
(..)
Haciendo el común recorrido a la universidad, decido desviarme a tomar un café caliente cerca de allí, esta mañana el clima esta más frío que de costumbre, me puse una bufanda de color rojo, con abrigo de lana blanco, vaqueros de color gris con unas botas que me protegen del frío , saco dos guantes del mismo color de la bufanda poniéndomelos , al ingresar a la cafetería me encuentro con una mujer de mediana edad, uniformada con el logo de su local blanco con bordes azules, me dedica una mirada cálida.
― Buenos días ¿Que desea tomar? ― Su voz es dulce.
― Un Starbucks, por favor.― respondo.
―Puede sentarse, ya se lo llevaremos.
―No, descuide es para tomar en el camino.
Una voz masculina fuerte y áspera se escucha entrelazándose en nuestra conversación.
―Señorita, que aún no se su nombre, la mejor idea si se queda o no es disfrutar el café caliente, creo que allí afuera no lo estará.― habla aquella voz.
Doy la vuelta, encontrándome directamente con un joven rubio sonriéndome, alrededor de un metro ochenta me conecto de inmediato con sus ojos celestes, son sorprendentes, su nariz es delineada al igual que sus labios, realmente atractivo, su figura está bien cuidada lo veo al observar sus brazos.
―Me llamo April, lo beberé rápido así no se enfriara, gracias por el comentario.― devuelvo mi mirada a la mujer que me entrega el Starbucks. Me preparo para marcharme, pero vuelvo a escuchar aquella voz masculina.
―Bonito nombre, April ― mi mirada se va a una revista de Vogue que tiene en sus manos, prosigue ― ¿Estudia usted en Cambridge? puedo acompañarla si quiere, tengo una clase ahora mismo. Por cierto me llamo Adam Schütz― me ofrece su mano, la tomo rápido y le digo.
―No es molestia Adam.
―No es una molestia, puedo acompañarla.
―Está bien.― él sonríe y observo que aparecen unos hoyuelos en sus mejillas.
Cuando salimos de la cafetería, caminamos lentamente, noto que me mira de reojo.
El abre su revista, comienza a ojearla mientras termino mi café lentamente, tenía razón se enfrió más rápido de lo que hubiera sido allí adentro.
ESTÁS LEYENDO
VIDAS PASADAS© (#1)
Teen FictionSolo el destino sera el comienzo y el fin de esta historia. April Allen Miller se identifica por ser una chica que cumple todos sus objetivos académicos. Una vida ordenada, segura. Sin nunca salirse de su zona de confort, pero que iba a imaginarse q...