VIDAS PASADAS© (#1)

47 │BLACK

IAN:

¿Desde cuándo me volví sentimental? Desde el día que conocí a una mujer con ojos verdes. Me engañaba a mí mismo todos los días ocultando lo que sentía y mostrando lo superior que me creía a los demás, por mi dinero, mi poder, por toda la mierda que tengo en mi mundo. Pero mi mansión estaba vacía, toda la familia muerta con problemas de la mafia, el vengar la muerte de mi hermana.

Llevo la botella a mi boca, tomando cada sorbo de alcohol que puedo. Duele, Duele como un maldito infierno lo que me hace sentir ella. Cada parte se desgarra al pensar en besarla. Podría asegurar que es lo único real que he vivido.

Tuve que dejarla me sobrepuse a mi egoísmo poniendo su bienestar. Me convertiré en un asesino tengo las manos sucias de los tratos que he hecho, prácticamente sería un prófugo de la justicia si descubren en lo que estoy metido. Y más en lo que haré.

Su cabello, su sonrisa. La forma en la que camina y ve el mundo, quitaría la luz de sus ojos si la ven conmigo, ellos verían mi punto débil. Y lo acepto prefiero que ella este bien, a que toda esta mierda le haga daño. Quince días, trescientas sesenta horas para matar a los asesinos de mi hermana.

Los matare con mis propias manos, nadie en el mundo detendrá lo que haré. Ni ella que ahora es innombrable para mí. Caeré bajo tan bajo que nadie podrá rescatarme. Estrello con furia la botella de tequila en la pared.

¿Por qué diablos tengo que vivir esto?

Comienzo a tirar todos los cuadros que me encuentro en el camino, lámparas, todo lo mando a la mierda.

Estoy completamente jodido. Hundido en un abismo donde no poder salir. April.....te dejare ir así me parta en dos  esto me vuelve loco pero debo contenerme.

    ― Todo esta listo Ian, sabemos el lugar exacto donde estarán. Debes estar preparado ¿Sabes usar un arma?―  Dice Alec con preocupación. 

   ―  Aprenderé a usarla. Solo quiero ver muertos a esos malditos.

   ―  Yo te ayudare, no te afanes. Estoy en Londres llegare a tu casa en menos de treinta minutos. Mañana empezamos el entrenamiento. 

   ― ¿ Me entrenaras como en los viejos tiempos?  ―  Digo con desanimo.

   ―  La diferencia es que  ahora te enseñare todas las tácticas para que aprendas a quitar la vida de un ser humano y no sentir remordimiento.

Un escalofrió me consume, estoy perdido.

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