60│SECUESTRO

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IAN:

Noche del 23 de Abril 2016

"Nunca pensé que esta noche cambiaría el rumbo de nuestras vidas"

April estaba majestuosa con ese vestido de color negro que resaltaba todas de sus curvas dejando una pierna descubierta. Sentí celos de como los desgraciados la comían con la mirada. Su cabello estaba suelto cayendo sobre sus hombros.

Me levante del asiento de cuero para besarle los labios con posesión. Es mía, que todos lo sepan maldita sea. Mi auto control estaba al borde. Ella tomo asiento a mi lado, sus ojos verdes relucían con las luces del restaurante.

Coloque una de mis manos por su pierna desnuda, ella me miro fulminándome con la mirada, me pellizco la mano por debajo de la mesa, le guiñe un ojo. Espera que acabe la noche nena.

Humble grape era una joya de lugar. Elegante, rustico, digno de mi presencia.

―Eres preciosa... ― susurre sin dejar de mirar sus ojos.

―No dejes de decírmelo― sonrió con inocencia.

La bese acariciando su espalda, tan suave que me la ponía dura de inmediato, no puedo cansarme de su sabor y todo lo que proviene de ella. Me ha dominado por completo. Deje de hacerlo al escuchar una voz que se aproximaba. Marcus.

Mi primo no era de ocasiones elegantes, era sencillo y honesto. Por eso quiero que la conozca, él nunca me fallaría. Me sonríe en cuanto me ve.

¿Dónde demonios esta Chloe? Alzo una ceja inquieto pero el dirige su mirada a April quedándose por un momento prendado de ella.

― ¿Dónde está Chloe? ― susurre.

April arrugo su frente y miro a Marcus. ― Ian que maleducado eres, mucho gusto soy Marcus Levine, ¿Y usted es?

April lo reparo con desconfianza―April Miller.

―Qué bonito nombre― tomo asiento al frente de nosotros― Chloe está muy enferma pero les ha mandado saludes.

Me molesto que no quitara la mirada de mi ángel. ― Marcus ella es alguien especial por eso está aquí. ¿Puedes pasarme el teléfono de Chloe?

Sus manos temblaban ¿Por qué está nervioso? April estaba callada, claramente le molestaba mi insistencia al preguntar por Chloe.

Celosa mi angel

Marcus tosió y dio una bocanada de aire. ― ¿No confías en mí? La he cuidado, la deje dormida Ian. Me alegro que hayas conseguido una chica especial.

Una mesera que me comía con los ojos apareció enfrente de nuestra mesa. Tomo los pedidos y se retiró dejándonos en una maldita conversación incomoda.

April intentaba sonreír pero se le veía distraída. ― No me jodas Marcus, pásame el teléfono.

El evitaba mi mirada,¿Qué diablos ha sucedido? Con el puño de mi mano di un pequeño golpe en la mesa.

April llevo una de sus pequeñas manos a mi brazo y con una mirada suplicante, relaje los músculos tensos.

Marcus lo noto, mirándonos extrañado. ― Bueno Ian si quieres que la despierte, está bien.

Saco un móvil y comenzó a teclear los números. April se levantó de la mesa.

― Necesito tomar aire.

Se excusó saliendo de allí a toda prisa. Quería ir a por ella pero no podía dejar de sospechar de dónde demonios estaba Chloe.

Un mal presentimiento me hacía dudar por un segundo de mi propio primo.

― Marcus nos conocemos desde pequeños, se cuándo me mientes. Maldita sea dime que ha pasado.

El me miro por segunda vez en la noche. ― Tengo un plan, te diré todo lo que ha sucedido pero no puedes alterarte.

―Habla ya.

―Sean tiene capturada a Chloe porque yo se la entregue.

¿QUE DEMONIOS? ¿ESTO ES UNA BROMA?

Me levante iracundo pero el prosiguió me controle de no matarlo ahora mismo. ― Escucha, ella estará bien. Tuve que ganarme la confianza de Sean, él no sabe que soy tu primo. Ian debes confiar en mí, te han mentido, quieren verte destruido.

No podía procesar esa información. Al segundo que me levante preparado para hacer pagar a Marcus por lo que hizo, las ventanas de los vidrios comenzaron a romperse por las balas que la perforaban.

Estaba desprotegido, April  se me vino a la mente de inmediato la busque entre las personas que gritaban y corrían desesperados por huir. Quería gritar, nadie puede tocarla. Lo matare si lo hacen.

Solo quería encontrarla y sacarla de todo este caos. Comencé a buscarla con mi mirada por todo el lugar.

Marcus me agarro del brazo  entregándome un arma ― Confía en mi Ian, no te dejare a la deriva, confía en mí.

Marcus parecía sorprendido por las balas que entraban, pero el maldito nos traiciono y ahora los había traído hasta aquí para matarme. Todo era una trampa.

Lo agarre del cuello, no podía pensar con coherencia quería matarlo con mis propias manos. ― Desgraciado traidor de mierda. ― masculle con ira.

Su rostro se puso rojo, estaba a centímetros del aire. Senti como los latidos de su corazon estaban frenéticos. Escuche un grito proveniente de las voz de April. De inmediato lo solté y mire a todas las direcciones.

La vi en la esquina de la pared mirándome con sus ojos abiertos, estaba tan asustada que me quebró por dentro.  No podía despegar mi mirada de la suya. Marcus cayo inconsciente al suelo y no me importo dejarlo allí. Desgraciado.

Salí a por ella, las balas seguían entrando sin parar. Corría como un loco. No puedo permitir que le hagan daño.

NO PUEDO PERMITIRLO ASÍ ME CUESTE LA VIDA.

El mundo se detuvo cuando ocho hombres entraron por las ventanas rotas. Tapaban sus rostros, estaban a pocos centímetros de donde me encontraban.

― ¿DONDE ESTA IAN LEVINE? ― grito uno de ellos, disparando a todas las personas que el arma señalaba.

Mierda. Apreté el arma preparado para enfrentarme a ellos.

― No es necesario que maten más personas, aquí estoy. ― sonreía con suficiencia. Los ocho hombres me apuntaron.

― Así que eres el hermanito de Lou.

April tenia su rostro lleno de lagrimas notaba como se sacudia del brazo de una mujer que la sujetaba para que no cometiera una locura. Estaba horrorizada. Huye...no intervengas maldita sea. Evitaba el contacto visual con ella no quería que le hicieran daño. Suspire y cerré los ojos recordé el primer beso de April.

 ― ¿Qué quieren de mi? ― grite.

― Todo.

Cuatro de los hombres se acercaron a mí. Hubiera dado la lucha si April no estuviera aquí, no quería que presenciara más horror,  agradecí que la chica a su lado no la dejaba moverse.

Tire mi arma al suelo dejándome sujetar por esos desgraciados. Me sacaron del local montándome a una camioneta negra, vendaron mis ojos para luego golpearme sin cesar.

Lo último que escuche fue un grito desgarrador de April y un susurro de uno de ellos― Materazzi acabara con Ian levine. ¿Este niño pensó que podía matarnos?

DERECHOS DE AUTOR.

VIDAS PASADAS© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora