40│ENREDOS

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CHlOE:

Las horas pasan con rapidez es mi cuarta semana desde que no me he tenido que acostar con hombres a la fuerza. Decidí poner en practica mi defensa personal. Alquile un gimnasio donde puedo entrenar boxing. Cada que clavo mi puño en ese saco de boxeo  veo la desgraciada cara del enfermo de Sean. Si pudiera lo mataría con mis propias manos. Opte por buscar un trabajo en el mismo gimnasio para pagarle todo a Ian. El ha hecho mucho por mi.

Al llegar a casa agotada. Reviso los mensajes de Ian. Duermo en paz por esta noche.

(...)

La mañana siguiente, voy  al mercado compro algunas cosas para la comida de la semana, cuando tomo las verduras y frutas llevándolas a las cajas registradoras.Noto que alguien toma mi brazo con sutileza, mi reacción es voltearme dando una bofetada en aquel rostro con el corazón latiéndome con fuerza.

Al darme la vuelta me encuentro la mirada de un hombre de ojos grises. Mirándome con expresión confundida.

― Disculpe yo....― trato de excusarme porque todos me miran como si fuera un loca.

― Soy Marcus, necesito hablar contigo Megan.

¿Marcus? Mi mente esta confundida totalmente. ¿No puede ser uno de los integrantes Materazzi?

Mi expresión es de horror, trato de ignorar al tipo,

 tomo las bolsas de mercado y prácticamente salgo corriendo de allí.

El me sigue corriendo  detrás mio, mi corazón se desemboca totalmente y quiero gritar pero  una de las bolsas se me cae cuando salgo del mercado, no dejare que me atrape.

Salgo a la carretera donde diviso unas escaleras que conducen a la playa. El aire ahora es mi enemigo, estoy cansada de correr este desgraciado es más ágil que yo.  Bajo las escaleras pero no hay ninguna playa. En cambio esta un estacionamiento abandonado, quedo atrapada.

Una mano vuelve agarrar mi brazo con fuerza pegándome contra su pecho agitado.

Trato de zafarme mordiendo su brazo. ― Megan, soy Marcus el primo de Ian. ― dice agitado.

Tiene mi bolsa en su mano,  pienso en un escape por si este tipo está mintiendo, si Ian me puso en libertad, no volveré que nadie me la quite.

― ¿Me crees estúpida? ¡DIME QUIEN DIABLOS ERES!

― Ian me mando para cuidarte. ― me da su teléfono,  veo foto tomadas de Ian y el, igual que correos electrónicos, con mensajes que no logro descifrar. ― se que es difícil que confíes en alguien, por todo lo que has vivido, pero no le fallare a Ian viaje desde Roma para protegerte con mi vida si es necesario.

―Sí, tendrás que demostrarme que puedo confiar en ti, ¿Quién en su sano juicio daría su vida por alguien que no conoce?

― No lo hago por ti, lo hago por mi primo.

― Devuelve la bolsa, ahora mismo.

Sonríe de medio lado, reparo sus rasgos faciales su parecido con Ian, es demasiado. Me dejan absorta y atónita su forma de verme.

― Claro, señorita como mande― bromea, sonriendo.

― Quieres que haga algo para que confíes en mí, lo haré― saca un arma de su bolso.

Y de pies a cabeza, me pongo fría, va a matarme....

Miro a todos lados, este lugar esta tan solo, que nadie podría ayudarme. Almenas no dolerá.

― Puedes asegurarte de que está cargada― lleva su arma a al extremo de nosotros pegando un tiro al aire.

¿Este hombre está loco? Luego la lleva a su cabeza, justo en su sien.

¿Va a matarse?

Comienza apretar el gatillo, mis nervios están de muerte.

― ¡PARA!

Él sonríe y baja el arma― ¿Ahora confías en mí?

Asiento con la cabeza. ― Déjame decirte que estas completamente loco Marcus levine.

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VIDAS PASADAS© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora