67┃SUCESOS TERRORÍFICOS

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FINAL DE LA PRIMERA ENTREGA INEFABLE.

✽✽✽



APRIL:

Todo estaba oscuro, mi pómulo derecho dolía, lleve la mano a mi mejilla y sentí la sangre seca adherida a él.

No tarde en darme cuenta que estaba tendida en una cama doble, sentí un repentino alivio cuando supe que me encontraba sola en esa habitación.

Adam me golpeo dejándome inconsciente, me tiene atrapada, y tarde o temprano debo de buscar una salida de este lugar.

Escucho como abre la puerta adentrándose a mi habitación, enciende una pequeña lámpara que me deja ver, ese rostro que ahora me produce repugnancia.

― ¿Estas bien April? ― Sus ojos muestran aparente preocupación.

Le hago una mueca de asco, ignorándolo.

Él se acerca lentamente a mí, retrocedo sentándome en el borde de la cama, pero él pone sus brazos alrededor de mi cabeza, dejándome atrapada.

―Adam déjame ir. ― digo con voz firme.

Su rostro se transforma en una mueca, macabra.

― ¿Por qué? ― me susurra acercándose a mi cuello.

― Yo no te amo, reacciona.

El envuelve sus dedos a mi barbilla obligándome a mirarlo. Sus ojos claramente ya no eran los mismos.

―Te obligare a amarme.

Apreté la mandíbula soltándome de su agarre, Adam se puso sobre mi cuerpo, presionándome al colchón de la cama.

El miedo me recorrió de la punta de mis pies hasta mi cabeza. Me retorcí impulsándome para quitarlo de encima, pero el utilizaba más su fuerza aplastándome.

Mordí mi labio cuando sentí sus labios en mi cuello, me mordía, lamia.

― ¡Suéltame! ¡Auxilio!

―Nadie te escuchara, la pasaras bien. Lo prometo...

Hasta este momento pude contener las lágrimas, siento miedo como nunca antes en mi vida, una opresión en el pecho tan fuerte que me dejaba sin respiración. Ian por favor....

Adam rasgo con sus manos mi camisa, trataba de zafarme con todas mis fuerzas pero no era suficiente. Comenzó a lamer mi cuello, con su mano derecha apretó uno de mis pechos.

Quería vomitar, me sentía tan enferma, tan sucia. Las lágrimas no cesaban.

― ¡Por favor! ¡Adam para!

El gruñía, abriendo mis piernas para adentrar sus caderas con las mías. Esto no puede estar pasando, esto no puede ser real.

― ¡NO PUEDO PARAR! No sabes lo mucho que deseado esto.

Con brusquedad mordió mis labios, era incapaz de corresponderle, mi mirada se desvió hasta la luz de la lámpara. Las lágrimas nublaban mi vista.

Quería sollozar, gritar, la impotencia que sentía era indescriptible como si cortaran tus alas y te dejaran sin el mínimo valor.

Una de sus manos se deslizo por mis vaqueros, desabrochándolo. Entre en pánico me los bajo hasta la mitad de mis piernas.

Cada ser humano tienes maneras distintas de responder ante una situación peligrosa, unos matan en defensa propia, y en el fondo de mi ser. Sabía que tenía una parte salvaje, una parte que opacaba a la April que todos conocían.

VIDAS PASADAS© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora