PRIMERA PARTE:

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APRIL:

A una hora en tren desde el norte de Londres, me encuentro en Cambridge, impresionada por la arquitectura gótica y la notable diferencia con mi antigua residencia en California.

Cuando se es nuevo en un país europeo, debes de tener claro; la historia y el concepto de sociedad en con la que me debo enfrentar, y lo más importante obtener la aceptación por parte de la universidad de Cambridge para llevar acabo mi carrera de medicina.

Todos los días cuando vivía en California con la compañía de mi madre Bianca y el afecto de mi mejor amiga Aby, encontraba un apoyo incondicional de amistad y amor de madre, para mis proyecciones del futuro e intereses personales; sin embargo, no puedo negar que mi madre me enseñó el valor de la disciplina, algo que me caracteriza en todo lo que emprendo, aunque en ocasiones la encontraba controladora y perfeccionista. Los beneficios de vivir plenamente mi adolescencia, se fueron a la borda por este comportamiento; mientras que Aby era lo salvaje e inusual en mi vida, me mostraba otra parte que no conocía de los continuos estímulos y repeticiones costumbristas.

Camino con tranquilidad con dos maletas de Artvi color azul claro, por medio de la avenida afuera de los trenes. Recuerdo que puedo permitirme pagar un transporte hasta mi nueva residencia.

Transcurren las horas desde que acomodé mis pertenencias en el pequeño apartamento, la verdad esperaba tener que compartir habitación con otro estudiante, pero Bianca se ha encargado de que me quede en un buen lugar. La vivienda en la que me encuentro es un edificio con más de diez pisos, los colores que lo identifican son más o menos pasteles, mientras las puertas son de madera. Me resulta curioso que el piso y las paredes sean blancas, además una pequeña cocina y mesa de estar que lo adornan; alrededor de mi cama se encuentra un ventanal y la calefacción dándole toque acogedor.

Sin más preámbulos, abro mi Laptop y reviso correos electrónicos, pero al parecer ninguno es reciente. Así, opto por tomar una pequeña siesta y esperar la llamada de mi madre.

La melodía de "Stay with me" De sam Smith, me sobresalta de inmediato. Acepto la llamada al ver el nombre de Bianca.

― ¿Bueno?― digo tímidamente.

― ¿Hija mía, como ha sido tu viaje? ¿Has llegado a la residencia? me aseguré de que fuera lo más cómoda dentro nuestras posibilidades económicas.― La voz de mamá es cálida, como la recuerdo.

―Si mamá, gracias por eso, me encuentro perfecta aunque un poco cansada por el viaje, ¿Qué hora es allí? ― susurro en un tono agotado.

―Apenas comienza la tarde, si necesitas algo no dudes en decírmelo y escribirme todos los días para saber que te encuentras bien, le diré a Aby que llegaste bien para que puedas descansar y ser la mejor mañana en las admisiones de la Universidad.― Me hace sonreír oír su positivismo, siento como si estuviera en casa así este lejos.

―Está bien, les escribiré a ambas lo suficiente para que no se preocupen, descansaré Mamá, hasta pronto ―Me despido más rápido de lo previsto.

―Hasta pronto hija, mucha suerte.― cuelga.

La soledad que me hace sentir colgar esa llamada es inmediata, me recuesto en la cama es reducida pero muy cómoda, cierro mis ojos para dormir, pero mis parpados se abren y miran a la cubierta. Un sentimiento de angustia invade mis pensamientos.

Estoy ansiosa por saber que pasara mañana, Cambridge es imponente e intimidante para cualquiera que se ponga el reto de ingresar. A los veinte minutos siguientes, duermo profundamente.

VIDAS PASADAS© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora