Lucía guardó las llaves en el bolso y mientras se acercaba a mi me dijo:
-Ana, quiero comprobar una cosa. Cierra los ojos y dime qué es lo que oyes.
Le hice caso y cerré los ojos. Me concentré mucho para poder escuchar cualquier cosa.
-Oigo el avión aterrizando, a unos hombres hablando y a Carlota hablando con dos personas más. Creo que son un hombre y una mujer.
-Carlota estará bastante interesada en saber cómo se desarrollan tus sentidos. Tu oído es ya como el de un vampiro, solo que un poco mejor. ¿Les oyes hablar como si estuvieran aquí al lado?
-Sí- en ese momento abrí los ojos y miré por todos lados para comprobar si estaban aquí o si seguían en el avión.
-¿Eres capaz de ver las motas de polvo que flotan en el aire?
Miré a Lucía un poco extrañada. Pero me di cuenta de que ahora veía perfectamente todos y cada uno de los detalles de su ropa, y también veía todo el polvo flotando en el aire.
-Increíble- susurré. Realmente me parecía increíble que hacía un momento no pudiera hacer esas cosas y ahora si fuera capaz. Quizá si me esforzaba lo suficiente conseguiría ver el futuro.
-Creo que tus sentidos son ahora de vampiro. Yo no puedo oír bien la conversación de Carlota con Carmen y M, así que me la tienes que decir tú, ¿vale?
Yo me puse a escuchar con atención. Lo que oía de la conversación se lo decía a Lucía. Hablaban sobre por qué Carlota no había querido que se quedase cualquier otro.
-No te entiendo- decía una voz femenina, supuse que era la de Carmen-. Lucía puede haberle enseñado o dicho cualquier cosa que nos comprometa.
-Cariño, tú no querías quedarte- le dijo un hombre, Manuel, obviamente.
-Aún así, yo no la habría matado. Puede que no me caiga bien, pero es importante para ti, Carlota. Yo no mato gente, y menos gente a la que aprecia alguien de la familia.
-Sabes perfectamente el por qué, así que no preguntes. Ya es la hora de bajar. Manuel, coge nuestras maletas, por favor.
-Te tengo dicho que me llames M y no Manuel. Odio mi nombre completo.
Luego oí como cogían las maletas y vi que ya empezaban a salir algunos pasajeros.
-Lucía, ya van a bajarse.
-Bien, ven conmigo.
Entonces me cogió de la mano y me llevó andando a paso humano donde dentro de unos cinco minutos estarían Carlota, Carmen y M. Pocos minutos después, salían Carlota y Carmen de la mano. Carmen le estaba diciendo que seguramente Lucía no me habría hecho ningún daño. M iba detrás. Cargaba con todas las maletas. Carlota se acercó a donde estábamos y en cuanto estuvo a mi lado me abrazó muy fuertemente. Suerte que yo era irrompible.
-Ana, tuve que haberme quedado yo. Lo siento mucho si Lucía te ha asustado, perdóname, por favor.
-Oye, Lucía y yo nos hemos hecho muy buenas amigas. Y quiero que veas algo.
-¿Qué pasa?- dijo mientras se separaba de mi y nos dirigíamos a paso humano hacia el coche-¿Se puede saber qué has hecho, Lucía? Ana está a punto de entrar en shock.
-No te preocupes por mí, Carlota. Estoy perfectamente bien.
Entonces me cogió de la mano y me dijo muy seria:
-Estás más fría de lo normal.
-Creo que esa va a ser a partir de ahora su temperatura, Carlota.
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Ocaso (Editando)
RomanceFui creada para matar, para vengar una muerte injusta y sobrevivir a la lucha. Estaba pensando eso mientras conducía a 160 km/h e intentaba no chocar. Tenía que encontrarle antes que mi enemigo. Si se enteraba de mi existencia antes de tiempo, perde...