Cuando llegó la pizza, estaba fría. El repartidor se había perdido. No le culpé, no era culpa suya que una chica vampiro le hubiera pedido una pizza a domicilio en el quinto pino.
Había una cosa que me rondaba la mente. ¿Qué era lo que les pasaba a la luz del sol? No tenía ni idea. A mí no me pasaba nada. Pero quería ver a alguno de ellos a la luz del sol. Mientras me terminaba la última porción de pizza, decidí preguntárselo.
-Oye, Carmen. Tengo una pregunta.
-Dímela- me respondió, mientras me pintaba las uñas. Me las estaban pintando plateadas y luego les pondrían corazones de color cereza sobre el fondo plateado. Se suponía que si Julio se fijaba en mis manos, descubriría que quería decir.
-¿Qué os pasa cuando os mostráis a la luz del sol?
-Nuestra alma queda descubierta.
-No lo entiendo.
-Nuestra piel se muestra del color de nuestra alma. Por ejemplo, Lucía parece una frambuesa con patas cuando le da el sol.
-Color rosa oscuro. Ahora entiendo lo del coche y su habitación.
-Yo no soy la peor- se quejó Lucía-, Carmen parece una tableta de chocolate con leche, M parece un chicle de menta, Carlota parece una rosa roja y Roberto parece un limón.
-¿Y Julio?
-Julio parece una estatua de plata. Es precioso, pero un poco metálico.
-¿Y entonces por qué me habéis puesto a mí el color cereza? A mí no me pasa nada con el sol.
-No es por tu piel, es por tu sangre.
-Ya. Como yo soy medio mortal, me ponéis un tono de rojo.
-¿No te gusta el cereza?- preguntó Lucía, muy preocupada.
-Me encanta el cereza. Es precioso.
-Si hubiéramos sabido quién eras antes, te habríamos puesto el dorado.
-¿Cómo que quien soy? Yo soy solo una chica mitad vampiro. No entiendo por qué de repente me tratáis así.
-Mañana lo comprenderás. Por cierto, ¿cuándo es tu cumpleaños?
-El 13 de abril.
-Perfecto- dijo Lucía. Seguramente pretendía hacerme una fiesta de 15 cumpleaños-. ¿Cuál es tu sabor de tarta preferido?
-El chocolate- le respondí. El día de mi cumpleaños me haría una fiesta, pero yo no lo impediría. Ahora solo podía pensar en Julio y en que al día siguiente por fin le conocería. Seguramente Carmen y Lucía me arreglarían demasiado, pero no me importaba.
Bostecé. Tenía mucho sueño, aunque me hubiera tomado toda la Coca-cola para aguantar viendo la película. Mi bostezo llamó la atención especialmente de Carmen.
-¿Quieres irte ya a dormir?- me preguntó con su voz dulce y suave. No me parecía nada justo que ellas no tuvieran que dormir.
-No, estoy perfectamente.
-Te caes del sueño, Ana. Lucía, ayúdame a subir a Ana a su cuarto.
Me subieron en seguida. Carmen me tumbó en mi cama y me tapó con la suave colcha. Me susurró buenas noches y se sentó en la silla del escritorio para verme dormir.
Tuve un sueño muy raro. Yo estaba en el parque y había un chico andando a mi lado. Iba a girarme a hablar con él, cuando me desperté. Era Carmen la que me despertó.
-¿Por qué me levantas tan temprano?- le dije, enfadada.
-¿Temprano? Son las 10 de la mañana, Ana. Recuerda que hoy viene Julio.
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Ocaso (Editando)
RomanceFui creada para matar, para vengar una muerte injusta y sobrevivir a la lucha. Estaba pensando eso mientras conducía a 160 km/h e intentaba no chocar. Tenía que encontrarle antes que mi enemigo. Si se enteraba de mi existencia antes de tiempo, perde...