Lucía y Carlota estaban haciendo las maletas en sus cuartos mientras Julio se sentaba en el sofá y yo buscaba alguna película buena o medio buena. Como no encontré ninguna, puse otra vez Romeo y Julieta. A Julio no pareció importarle tener que ver una película romántica. Cogí el mando y me senté al lado de Julio, apoyando la cabeza en su pecho. Le di a “play” y cogí la mano derecha de Julio, ya que era la que tenía más cerca. Entrelacé sus dedos con los míos y observé el anillo que encajaba perfectamente en mi dedo.
-¿Cuándo nos mudaremos?-le susurré.
-En cuanto vuelvan Roberto, Manuel y Carmen. Ya no faltará mucho, supongo.
Suspiré. Tener separada a mi familia me resultaba difícil. Justo en ese momento, sonó mi móvil. Le quité volumen a la tele y miré quien me llamaba. Era mi madre humana. Seguramente estaría muy preocupada. Suspiré y contesté.
-¿Diga?
-Ana, cariño. ¿Estás bien? Perdóname si te molesto, pero estaba preocupada por ti. La doctora me dijo que estarías bien y cuando fui a hablar con el director para explicarle que ahora vivías con ella me dijo que te habían borrado del instituto.
-Tranquilízate mamá, estoy perfectamente. Me he borrado del instituto porque nos mudamos.
-¿Y ya no te volveré a ver, cariño?
-Claro que me verás. Iré a verte en Navidad. No quiero quedarme sin mis regalos-bromeé un poco. Ella empezó a reírse.
-Solo quería asegurarme de que te tratan bien, eso es todo. Adiós cariño. Te quiero.
-Yo también, mamá. Adiós.
Colgué y guardé el móvil. Luego le di voz a la tele y me acurruqué junto a Julio.
-¿Era tu madre?-preguntó mientras me acariciaba el pelo.
-Sí. Estaba preocupada. Me echa mucho de menos.
-¿Crees que sería buena idea invitarles a la boda?
-No. Creo que lo mejor sería fingir mi muerte. Al fin y al cabo, debo despedirme de ellos.
-¿Cuándo vas a hacerlo?
-Lo antes posible. Necesito que estén a salvo, y la única manera es que se alejen de mí.
-Puedes controlarte perfectamente.
-No soy yo quien me preocupa. Mírame, vivo con 6 vampiros. Alguno de vosotros no podréis resistir.
-Tu falta de confianza resulta un insulto para mí, querida hermana-oí que decía M, que acababa de llegar. Él estaba apoyado contra el marco de la puerta mientras Carmen iba arriba a coger todas las cosas. Roberto estaba en el garaje aparcando.
-Nadie duda de tu estupidez, Manuel-le respondí. Julio se rió y me susurró:
-Bien dicho.
Manuel no se lo tomó mal, pero se sentó a mi derecha y puso las noticias.
-Oye-me quejé mientras le daba una colleja sin fuerza- estábamos viendo la tele.
-Ana, necesito saber cosas de Inglaterra- al momento se arrepintió de haberlo dicho y Julio dijo en voz alta:
-Ya la ha cagado, Carlota. Me toca a mí.
Lucía le respondió muy enfadada desde arriba:
-Me toca a mí, señor tramposo.
-Callaos ya-dijo Carlota-. Le toca a Carmen.
-Por fin- dijo Carmen mientras bajaba al salón-. Manuel, sube tú y termina de hacer las maletas. Ellas te dirán lo que tienes que meter.
Manuel aceptó de mala gana y subió. Carmen se sentó a mi lado y se puso a ver las noticias. Yo me quité los zapatos y me acurruqué junto a Julio con la barbilla puesta sobre las rodillas y los brazos abrazándome las piernas. Él me puso el brazo por encima de los hombros tratando de reconfortarme. Decidí arriesgarme y preguntar.
-¿Por qué necesitáis ver lo que pasa en Inglaterra?
-No podemos decírtelo-me contestó Carmen.
Suspiré y cogí uno de los libros que tendría que llevar en la maleta. Leí algunas páginas que hablaban de historias de licántropos que habían encontrado a su alma gemela debido a un “encantamiento” llamado unión. Los licántropos se unían a su alma gemela y no se separaban nunca de ella. La unión era tan fuerte que dependían el uno del otro y a veces se acababan casando, pero otras veces ( una minoría de los casos ) eran como hermanos y nada más que eso. Los unidos se cuidaban el uno al otro como a un tesoro y el lobo siempre protegería a su alma gemela. Incluso si eso debía causarle la muerte. Siempre se ayudaban y nada los separaba. Cerré el libro y escuché las noticias mientras descansaba la cabeza en el pecho de Julio con los ojos cerrados. Algo captó mi atención en las noticias. La presentadora decía:
-La situación en Londres no mejora. Los asesinatos, aparentemente causados por un asesino en serie, han aumentado de 2 difuntos al día a 5 difuntos al día. Si la oleada de asesinatos continúa, la policía se verá obligada a pedirles a los ciudadanos que abandonen sus casas por su bien. Las víctimas fueron encontradas con cortes profundos en la garganta y completamente desangradas. No hay más pistas.
-Esto se vuelve grave-dijo Carmen-. Carlota, tenemos que decírselo.
-Ni se te ocurra-respondió Carlota-. Tiene que averiguarlo por ella misma.
-O escuchando vuestros pensamientos y discusiones-dijo Julio-. ¿Sabéis que sigue despierta, verdad?
-Chivato-dije yo mientras abría los ojos y le rodeaba la cintura con los brazos.
-Sí pero soy un chivato adorable-replicó mientras me acariciaba el pelo.
-Sigues siendo un chivato-enterré la cara en su pecho mientras escuchaba los pensamientos de Carmen, que estaba más cerca que Carlota ya que Carlota seguía haciendo las maletas. Escuché algo que no me esperaba.
“Si las cosas siguen así pronto recibiremos visita de la guardia de Michaelo. Seguramente estará ofreciéndoles un banquete a sus mejores guardias de confianza antes de hacerles venir aquí para visitarnos.”
-¿Michaelo?-pregunté asustada a la vez que me giré y miré fijamente a Carmen-. ¿Va a venir aquí?
-Genial, ya se ha descubierto el pastel-dijo M.
-Bien hecho, Carmen-dijo Lucía sarcásticamente.
-Podías haber sido un poco más sutil-le reprochó Julio.
-¡Controla tus pensamientos, Carmen!-dijeron Carlota y Roberto a la vez. Ahora estábamos todos en el salón. Lucía, M y Carlota tenían dos maletas cada uno, aunque había muchas más. Lucía iba a tardar muchísimo tiempo en llevar toda la ropa y el maquillaje a la casa nueva.
-Lo siento mucho-le dijo Carmen a Carlota mientras iba al lado de M, avergonzada. M soltó las maletas en el suelo y abrazó a Carmen, quien enterró la cara en su pecho. Roberto suspiró y me lo explicó.
-Michaelo no se arriesgará a venir, simplemente enviará a sus guardias de confianza. Siempre que se crea a un vampiro hay que presentárselo a Michaelo cuando este haya cumplido un año. Hay que informar inmediatamente de su creación, y así lo hicimos con Julio.
-La parte mala- continuó Carlota- es que todo vampiro que tenga un don, debe estar con Michaelo o morir. No hay otra alternativa.
-Por eso vigilamos las noticias-siguió diciendo Julio-, para saber cuántos son y cuando vendrán.
-No tardarán mucho ya-dijo Carlota-. Son dos y estarán aquí dentro de poco. Un mes a lo sumo. Michaelo les da de máximo 3 o 4 años para volver a informar si no se le ha presentado al vampiro reciente.
-Entonces, ¿Michaelo sabe que Julio existe pero aún no le ha conocido, verdad?-pregunté mientras agarraba más fuertemente a Julio sin que los demás se dieran cuenta.
-Eso es-dijo Roberto.
-Pero no serán tan estúpidos como para decirle que yo existo-aventuré.
-Si les convencemos no habrá ningún problema-aseguró Roberto-. Pero debemos irnos cuanto antes.
Entonces cogimos todas las maletas y nos fuimos al garaje.
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Ocaso (Editando)
RomanceFui creada para matar, para vengar una muerte injusta y sobrevivir a la lucha. Estaba pensando eso mientras conducía a 160 km/h e intentaba no chocar. Tenía que encontrarle antes que mi enemigo. Si se enteraba de mi existencia antes de tiempo, perde...