Luchar para estar juntos

Capitulo 38: El tiempo pasa...

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Hola hola amigos, siento no haber subido ayer. Me tiro muchas horas frente al ordenador del trabajo y ayer llegué a casa con dolor de ojos.

Escribí medio capitulo y hoy he terminado de escribirlo. Es largo, para compensaros por la espera.

Vuelvo a pediros paciencia; No voy a dejar de escribir, pero espero que entendaís que no podré subir tanto como antes. Al menos de momento, hasta que coja el ritmo de nuevo.

Espero que os guste el capí de hoy. Nos vemos en el siguiente.

¡¡VOTAR!! ¡¡COMENTAR!! ¡¡MIL GRACIAS POR ESTAR AHÍ!!

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10 Años después…

 

P.O.V Raúl

-¡Papa!.- Gritó África.

-Dime mi niña.- Dije dulcemente, pues sabía por su tono de voz que estaba enfadada.

-¡Has vuelto a mandar a mi hermano como espanta novios!.- Me grita.

-¿Yo? ¿Cómo puedes pensar algo así de mí?.- Digo divertido.

-¿Por qué es la tercera vez que lo haces tal vez?.- Me dice mi hija con las manos a ambos lados de su cintura.

-Hija, solo tienes quince años….- Le digo serio.- Y yo no he mandado a nadie…

-¡Exacto! Tengo quince, no dos…- Me dice enfadada.- Con menos edad el abuelo te pillo a ti con mama…- Me ataca.

-No vayas por ahí.- Le digo muy serio.- Ni se te ocurra ir por ahí.- Digo molesto.

-No vayas tú mandando a mi hermano como espanta novios…- Dice muy enfadada.

-A mí no me ha mandado nadie.- Dice mi hijo muy serio.- Puede que las otras veces papa me animara a hacerlo, pero esta vez no. No vas a estar con ese chulo.- Dice muy hijo muy serio.

-¡Y quien te crees tú que eres para decidir con quién puedo o no puedo salir!.- Le grita mi hija.

La cosa se pone fea; Mis hijos rara vez se pelean. Al ser gemelos, tienen esa extraña y tierna conexión entre hermanos, que hace que se entiendan a la perfección en muchas ocasiones.

-Tú hermano.- Contesta mi hijo mirándola.- Tú hermano gemelo, el que siente y padece todo cuando algún desgraciado te parte el corazón. Parece que no entiendes ni aprendes. No te vale con lo te paso con Ramón, ahora te encaprichas del bobo de Xavi.- Dice mi hijo muy molesto mientras yo vuelvo a tensarme.

-¡Y a ti que te importa!.- Dice mi hija.

-¡Me importa!.- Grita mi hijo.

-¿Por qué?.- Dice mi hija fuera de sí.