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¡Promer cumplida! Al menos, la mitad. Ya he acabado mis clases, mis examenes y mi todo. Por lo que tendré un poquito más de tiempo para poder escribir más a menudo.
Espero que el capitulo de hoy os guste! Mañana intenaré subir dame tiempo, aunque si no puedo, subiré seguro el Domigno el proximo capitulo de Dame tiempo. (¡Prometido!)
¡¡VOTAR!! ¡¡COMENTAR!!
Gracias por vuestra paciencia
NOTA: VUELVO A SUBIR EL CAPITULO, HAY GENTE QUE NO LO PUEDE LEER!!
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P.O.V África
Me despierto cansada y me estiro; Deja mi mano caer en el lado de mi marido y noto que su cuerpo no está. Frunzo el ceño y entonces recuerdo donde está: corriendo.
Hace una semana que ha empezado a correr por las mañanas, según él tiene que recuperar su forma, perdida tras nuestra reciente pelea, en la que no comió y bebió como un cosaco. Suspiro, que tonto, está en perfecta forma.
Me levanto y me preparo el desayuno mientras salgo a las escaleras de mi casa donde espero a mi increíble marido. Mientras le espero, un par de vecinos me saludan y educadamente les devuelvo el saludo mientras bebo de mi taza para tapar la vergüenza que estoy sintiendo. ¡Estoy en bata!.
Oigo a alguien reírse y me asomo un poco; Viene una chica corriendo junto a él, se ríe a carcajadas. Arrugo el morro al ver como ambos vienen riendo; No había contado con que saliendo a correr podía encontrarse con varias chicas.
No desconfío de él, sé que jamás me engañaría, sé que nunca lo haría. He aprendido la lección, pero no voy a ser hipócrita. Soy celosa y no me gusta ver a mujeres revoloteando alrededor de mi marido.
-Un placer correr contigo Raúl, hasta la próxima.-Oigo decirle a la chica.
-Venga, hasta luego.-Dice mi marido ya entrando en nuestra casa.
Cuando se gira para seguir su camino me ve a mí, en la puerta de casa, en bata. Sonrió al verle mirarme de arriba abajo y muerdo mi labio para evitar reírme.
-Que haces ahí así vestida.-Dice subiendo las escaleras, pero por su tono de voz sé que no está enfadado.- Mala mujer.-Dice haciendo un pucherito mientras me abraza tapándome con su cuerpo
-Amorr..-Digo mimosa abrazándole.
-Deja que me duche preciosa. Huelo a hombre.-Dice divertido.
-Hummm...-Digo disfrutando del abrazo.
Riéndose me hace andar hacia atrás para que entremos en casa y cierra la puerta. Me besa el cuello levemente haciéndome cosquillas y provocando que deje de abrazarle.
Sonríe, acaricia la punta de mi nariz con su dedo y sube corriendo a nuestra habitación para ducharse.
Tranquilamente, me pongo un chándal y salgo al jardín trasero que tenemos. Me siento en el césped y dejo que me dé el sol en la cara.
Sé que mi marido jamás me engañaría, pero de alguna forma tengo que canalizar mis celos, y los canalizo pegándome a él.
-Ahora sí que puedes abrazarme todo lo que quieras.-Susurra en mi oído.
-Pero ahora yo no quiero.- Digo divertida.
-No mientas nena, se te da muy mal.- Dice abrazándome por detrás.-Pues te abrazo yo.-Dice de nuevo en mi oído.
-Biennnn.-Digo divertida.
-Te adoro preciosa. Pero no me esperes así en la puerta de nuestra casa.-Dice riéndose.-No quiero pelearme con mis vecinos.
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Luchar para estar juntos
Roman d'amourÁfrica y Raúl, están casado y tienen ya una preciosa parejita de gemelos, chico y chica. Raúl, orgulloso de su mujer, dedica sus días, a trabajar, recoger a los niños, recoger a su mujer de la universidad y pasar las tardes con su familia.África, de...