Capítulo 1

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No puedo sentir nada....Desde que puedo recordar, nunca he sido capaz de sentir emociones. Pretendo ser normal cuando estoy cerca de otras personas, pero por dentro...no siento nada. ¡No es tan malo como suena! Sé que estoy roto...pero no importa. Esto es normal para mí. Pero todo cambio cuando lo conocí...

.:OoO:.

se arropo entre las sabanas del cuarto aun en penumbras, el despertador sonó, Seis en punto. Abrió los ojos, aún era muy temprano, aplasto el pobre botón apagando la alarma, no quería ser interrumpido, no cuando soñaba con el chico de sus sueños, con el cabello negro lacio, unos bellos ojos negros que contrastaban la pálida piel que tenía, para su desgracia no pudo continuar con aquel maravilloso sueño, sus ojos se abrieron viendo con desagrado la luz que se colaba por la ventana.

-Luz?- se preguntó mientras llevaba sus ojos ónix hasta el despertador- un cuarto para las ochos- susurro aun con los efectos del sueño en su interior- Mierda!- exclamo saltando de la cama dirigiéndose hasta su guarda ropas sacando su uniforme- solo tengo quince minutos!!- dijo apresurado arreglándose, abotono rápidamente la camisa, los pantalones y por último la chaqueta color negro con botones dorados, el típico Gakuran de las escuelas, se atraganto con el vaso de leche sin sabor mientras esperaba que la maldita tostada saltara de una vez, el sonido del resorte llamo su atención, agarro su maletín mientras tomaba la tostada seca mordiéndola mientras ponía sus zapatos para salir echo una bala de su casa, si corría rápido llegaría a la ceremonia de apertura a tiempo. Corrió por aquellas calles viendo como ningún joven las recorría, maldición iba tarde y ni siquiera tenía tiempo de sacar su celular y ver la hora. No se fijó bien, iba apresurado, al llegar hasta una esquina su cuerpo choco contra otro, el sonido seco de los cuerpos cayendo al suelo más los quejidos de ambos, en ese momento aquel joven con el que se había estrellado se levantó y extendió sus mano a él, en ese preciso momento Ayano Aishi que embobado viendo aquel muchacho, las facciones finas pero masculinas, los ojos de un negro profundo con un bello brillo en ellos, el cabello negro con algunos mechones en su rostro, y esa piel tan clara, era él! Si era él chico con el que había soñado.

-¡Lo siento mucho!- se disculpó viendo al jovencito frente a él-¡no estaba viendo por dónde iba! ¿Necesitas una mano?- dijo mientras mantenía su brazo extendido esperando la mano del menor azabache.

-Huh...- no tenía palabras había quedado mudo por completo-"No puede ser...¡Esta es la persona que vi en mis sueños anoche!"- pensó sin podérselo creer-"Esto no puede ser una coincidencia ¡Este debe ser el destino! ¡Este es mi destino!" .

-Hum... ¿Estas Bien? No te golpeaste la cabeza ¿Verdad?- pregunto el mayor preocupado viendo como el joven no parecía reaccionar.

-¡Oh! No te preocupes, estoy bien- dijo el menor aceptando la mano del azabache sintiendo aquella corriente recorrer desde la palma de su mano atravesando su columna y erizando su piel-"Nunca me he sentido así antes! ¡Ahora estoy seguro! ¡Él es mi único y verdadero amor!".

-Me alegra que estés bien- dijo el oji negro mayor soltando la mano del menor, quien no quería deshacerse de aquel cálido contacto- Estaba preocupado.

-Oh, ¡Eres tan considerado!- dijo el menor encantado, sintiendo su corazón palpitar, aquel que pensó que estaba muerto, y sintió como sus mejillas se ruborizaban.

-Sera mejor que me vaya ahora- dijo mientras le sonreía amablemente al menor rascando sus cabellos- si llego tarde, voy a estar en un gran problema- dijo mientras bajaba su brazos.

-¡Oh! ¡Es cierto!- exclamo el menor recordando por que iba tan apresurado- ¡Me olvidaba de la escuela!.

-¡nos vemos!- se despidió el mayor mientras continuaba su camino dejando al menor azabache atrás.

Just Love Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora