Capítulo 31

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.://séptima semana//:.

Con algo de dificultad levanto la silla del suelo quitando la toalla húmeda que cubría el rostro del contrario, dejo a un lado el bidón de agua a la mitad mientras veía a su víctima tratando de respirar tomando grandes bocanadas de aire.

-bueno, eso sería por ahora –Murmuro Ayano viendo al pobre de Shin quien apenas y si podía respirar.

-N...No...más...por...favor –Dijo dolido, su garganta destrozada por gritar por ayuda ardía, sentía el frio de la tela húmeda pegándose a su cuerpo, el cabello aplastado por el agua y sudor.

-Hum, te veré en la tarde Higaku~ -dijo de manera infantil pasando su mano por los mojados cabellos del otro levantando el flequillo que se pegaba a su frente, el ojo izquierdo estaba hinchado además de ser rodeado por un moretón de un morado oscuro, tenía un corte en el pómulo izquierdo, en la frente y el labio roto.

Llevaban todo el fin de semana así, Ayano simplemente no salió de casa, paso gran parte del tiempo torturando a su "invitado", descargas eléctricas, golpes, asfixia, de todo. Siempre asegurándose de no matarlo.

-Vendré a dejarte algo de agua, nos vemos –Se despidió subiendo las escaleras volviendo a sumergir en la oscuridad al pobre Shin.

Como muchas veces en la soledad el joven ocultista rompió a llorar, todo su cuerpo dolía, muchas veces Aishi le soltaba solo para estamparlo al suelo y golpearle luego volviéndolo a amarrar a esa silla, solo ase algunos minutos casi caía desmayado ante la falta de aire, su uniforme era un caso, manchas de sangre y mugre, la huella de los zapatos del menor se marcaba por varias zonas de su cuerpo.

-Budo...ayu...dame...- rogo entre las sombras viendo a la nada, quería verle, quería estar entre sus brazos, tenía miedo y Budo no estaba para calmarle.

.:OoO:.

-¡Buen día Aishi-Kun! –exclamo Hayato arrimándose al menor, ya acostumbrado.

-Hola Haruki –dijo con simpleza –Podrías apartarte, quiero cambiarme los zapatos...

-¡Oh! Perdón~ -Dijo soltando al menor viendo como este sacaba aquellas zapatillas blancas colocándolas en lugar de los zapatos oscuros, al ver al menor ya listo sonrió divertido -¿Ahora sí? –pregunto a lo que el menor asintió volviendo a apresarlo en un abrazo.

-¿Cómo está tu mejilla? –Pregunto el menor mientras caminaba, ahora libre del abrazo de Hayato, hasta el aula.

-Mejor ¡de maravilla!¡ni se nota! –dijo sonriendo mientras pasaba sus dedos mor su mejilla antes morada.

-Se, estoy seguro que a Sora-san le encantara que no tengas marcas, estoy seguro que él quiere marcarte a ti –Comento Ayano divertido, cosa que avergonzó al de flequillo recogido colorando sus mejillas de un intenso rojo.

-¡No digas esas cosas! –exclamo con el sonrojo hasta las orejas, era muy entretenido molestar a Hayato con esos temas, ahora entendía la pasión de Kojin por molestar al peli verde.

-Bueno, no te las diré...a ti ¿me pregunto que pensara Sora sobre tus pensamiento? –Siguió molestando, algo de humor jamás viene mal.

-¡No te atrevas!

-¿Quién sabe? Mira por haya va –señalo por la escalera donde pasaba el peli celeste.

-¡No!¡¡Malo!! –dijo tirando las mejillas del menor tirándolas.

-B-Bueno, pero deja –Reclamo el menor soltándose del agarre.

-por cierto Aishi-Kun, te mojaste de camino asía acá, hueles mucho a agua –Comento el oji verde entrando al aula.

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