Just Love Me.

Capítulo 33

Sangraba adolorido en el suelo, la tela empapada resbalaba de su boca humedecida de saliva y sangre, su respiración agitada y jadeante salía de sus labios a duras penas, todo su cuerpo estaba doblado y sus manos estaban amarradas a su espalda mientras sus pies se mantenían unidos por un fuerte nudo al igual que el de las muñecas.

-Buf~ a que la pasamos bien –Dijo alegre Ayano mientras limpiaba parte de su sudor con la camiseta blanca, bajo esta una playera más ajustada color negro junto a los pantaloncillos de mezclilla.

-... -El ocultista ni siquiera se molestó en tratar de hablar, solo callo como llevaba asiendo desde esa mañana en donde ese chico bajo a penas vestido con un pijama para "jugar" con su persona.

-Eres un aburrido... -El menor se acercaba nuevamente al cuerpo deteniéndose a centímetros de este, por la casa resonó el timbre de la vivienda, con una mirada fría el menor vio al cuerpo a sus pies quien había fijado su vista esperanzado –Ni si te ocurra –advirtió mientras rápidamente subía las escaleras retirando la playera sucia dejándola a un costado en el sofá.

Al llegar el menor abrió la puerta principal donde vio la figura de un hombre que no debería pasar los treinta, una chaqueta de un color fuerte, pantalones largos y gafas, en sus brazos sostenía un portapapeles y un paquete, el menor fingió sonreír con calma viendo al otro.

-Hola ¿puedo ayudarle? –pregunto Ayano viendo al hombre frente su puerta.

-Eh, si hola ¿Aishi Ayano? –pregunto leyendo el paquete.

-¿Si? Soy yo

-Su pedido –Dijo estirando el paquete envuelto en aquel papel café –firme aquí por favor –prosiguió al ver que le menor tomaba aquella caja, con calma este tomo el lápiz sujeto a aquel porta papeles firmando –Gracias –Se despidió marchándose, el otro solo movía su mano mientras sonreía malicioso al ver el objeto entre sus manos.

-Pensé que llegaría mañana, pero bueno, mejor –Dijo divertido, cerró la puerta nuevamente con pestillo bajando hasta el sótano con la caja en mano, Shin lo vio temeroso dejando de moverse –¿Eh? Higaku que intranquilo, mira te traje algo, lo veremos en la noche ¿te parece? –el menor dejo aquel paquete en la estantería.

-... No...más... -suplico con la voz apagada, sus ojos perdían brillo a medida que pasaba el tiempo.

-Pero te va a encantar ¡Créeme! No te sentirás tan solito sin tu infiel pareja~ -Canturreo Ayano mientras corría la silla dejándola en el mismo lugar que siempre.

-¡Budo no es infiel! –dijo con la voz ronca, el otro solo rio mientras lo cogía por el brazo tirándolo en la silla.

-Lo que digas~ llevas tres días encerrado y nadie te ha buscado ¿aun piensas que se preocupan por ti? –Ayano murmuraba aquellas crueles palabras mientras amarraba las muñecas y tobillos a la silla de madera.

-Solo...cállate...ellos...ellos...a ellos si les preocupo... -Murmuro con un ardor en sus ojos y las palabras atoradas en su garganta.

-Bien, te dejare aquí, nos vemos más tarde, procura descansar estoy seguro que no podrás dormir durante mucho tiempo –Dijo malicioso mientras salía de aquel lúgubre lugar dejando la luz encendida.

Al salir del sótano cerrando la puerta el menor se encamino hasta el sofá recostándose en este, miro el techo con calma, su móvil que descansaba en la mesa de café vibro cortando el silencio del lugar, con calma el menor se acercó a tomar el oscuro aparato viendo lo que tenía, la sonrisa de satisfacción volvió a aflorar en su rostro.