Advertencia:
Mundo inverso.
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-Amor~ ¿Dónde estás? –Escucho la voz cantarina de su captor, tembló apretando sus labios ya abrazando sus rodillas –Amor, no te escondas –la voz se escuchaba horriblemente cerca.
No recordaba cuantos días llevaba encerrado, no reconocía el lugar, el cuarto en donde le tenía encerrado contaba apenas con una cama con una que otra sabana. Las ventanas estaban tapadas con tablones de madera y por los pequeños espacios que tenían podía ver una gran maleza a su alrededor. No escuchaba voces externas, ni autos, ni ningún rastro de humanidad.
-Bebé, vamos sal –le llamaba, había logrado forzar la cerradura a costa de lastimar su mano diestra la cual le dolía horriblemente pero era mil veces mejor de lo que llevaba viviendo con ese maldito, aun sentía el dolor en sus piernas, brazos y cadera –Amor, me estoy enfadando –ya no sonaba tan cantarino, ya no sonaba alegre, estaba enojándose y sin poderlo evitarlo se estremeció temeroso.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos llevo su mano a su boca cubriéndose para no soltar quejido alguno. Temblaba, al escapar escucho como lo que parecía la puerta principal ser abierta y cerrarse además de la voz de ese lunático, corrió al primer cuarto que encontró sin hacer ruido encontrando un antiguo armario con algunos agujeros en el papel de la puerta, sin pensarlo dos veces se escondió en este arrinconándose y sin importarle lo que hubiera, lo primero que tenía en mente era esconderse.
-Amor, será mejor que salgas ahora –sintió como la respiración se le cortaba, estaba en la misma habitación –Vamos, no te hare nada –era mentira, una vil mentira. Tembló, busco con su mano libre algo, cualquier cosa, con tal de defenderse, encontró un trozo de madera suelto, lo tomo entre sus dedos apretándolo.
Dejo de escuchar la voz de su captor, quedo viendo fijamente la puerta apretando el pedazo de madera. Soltó un ligero sollozo, apretó más fuertemente su mano sobre su boca. La risa del contrario le espanto.
-Así que... –escucho los pasos acercarse a la puerta –¡Aquí estas bebé! –rio abriendo la puerta del closet encontrándole arrinconado contra el armario.
-¡N-No, a-aléjate! –grito desesperado apegándose más a la pared.
-¡Oh, vamos mi amor! –La risa del otro resonó por todo el cuarto –¡Ven, acércate mi vida! –reía mientras le tomaba por uno de sus tobillos jalando asía afuera, con desespero se movió soltando el pedazo de madera.
-¡N-No, no, no, no!¡¡Suéltame, ya déjame por favor!! –lloraba desesperado afirmándose del marco de la puerta corrediza.
-¡Mi amor!¡Ya sal de una vez! –decía mientras se carcajeaba apretando fuertemente el tobillo del otro dejando marcas rojizas.
-D-Déjame ¡Déjame malditas sea! –grito desesperado mientras estiraba su mano tomando el pedazo de madera estrellándolo contra la cabeza del otro quien le soltó finalmente.
-Tks, ya verás –gruño tocando su cabeza, sonaba molesto.
Con miedo se levantó como pudo ignorando el dolor general en su cuerpo, su tobillo dolía ante el agarre del otro. Paso entre los pasillos apresurado escuchando como el otro iba tranquilo tras su persona, logro encontrar lo que parecía ser una sala de estar encontrando la salida. Echando un vistazo por sobre su hombro se apresuró a dirigirse a aquella puerta, abrió encontrándola sin pestillo sintiendo la emoción y adrenalina acumularse.
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Just Love Me.
FanfictionNo puedo sentir nada desde que puedo recordar nunca he sido capaz de sentir emociones. hasta que lo conocí...mi senpai... por primera vez senti algo. y ahora, alguien esta tratando de quitarmelo... no dejare que nadie me lo quite...nada más importa...