Capítulo 2

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Otro día en Buraza Town, la campana sonó y las rejas de Akademi High School se abrían a sus estudiantes a las siete en punto. Ayano esta vez llego a tiempo, camino hasta las puertas de cristal que se encontraban abiertas a los estudiantes, camino hasta el fondo llegando al patio interno que era rodeado por la institución, miro los cerezos en flor que se mostraban tan bellos como siempre, miro hacia la entrada viendo como los alumnos comenzaban a llegar, saco su celular mientras abría la cámara y hacia zoom, hay entre la multitud de alumnos lo vio, aquel hombre que amaba esta vez iba solo para su felicidad, no veía a la molesta de Osana por ningún lado y la cámara permanecía enfocada en él, saco unas fotos guardándolas, apago el teléfono y se levantó camino hasta su salón, pero algo lo detuvo o más bien alguien, sintió dos cosas blandas chocando contra su rostro.

-Am disculpa- dijo el chico mientras veía con quien había golpeado.

-Hum, oh no te preocupes- dijo una chica de abultada delantera, con cabello morado y dos coletas en forma de taladros, con ojos fucsia. A su lado otra muchacha de cabellos celestes amarrado en dos coletas y ojos del mismo tono, con un pecho igual de generoso que su amiga-Te encuentras bien pequeñín?- pregunto la muchacha viendo a Ayano.

-Oh, no te preocupes estoy bien- dijo tratando de guardar la compostura, ¡Él no era pequeño! ¡Todo el mundo es muy grande!, se despido de aquellas chicas para ir a su salón, maldición iba tarde solo esperaba que la maestra fuera compresible. Llego al salón, la puerta estaba cerrada, eso era mala señal, abrió la puerta con cuidado, la maestra estaba pasando el listado de los alumnos y ya iba en la "J" carajos y él estaba de los primeros.

-Llega tarde- dijo la maestra sin despegar la vista del libro de clases- A la oficina del consejero- dicto mientras señalaba la puerta echándolo de su clase, refunfuñando camino hasta aquella oficina donde tras el escritorio estaba aquel hombre, de gafas negras y ojos del mismo color, con un terno y una camisa con los tres primeros botones desabrochados dejando ver parte de su pecho y un llamativo collar rojo.

-Oh jovencito- se escuchó hablar al hombre que estaba a finales de los veintes- se puede saber que trae a un chiquillo como tú a mi oficina- ronroneo cada palabra mientras se cruzaba de brazos reclinándose en su asiento.

-Bueno yo...

-Pero pasa, no te quedes en la puerta- dijo el mayor invitando al menor a entrar- y por favor cierra la puerta, es molesto tenerlas abiertas- dijo con un tono cantado y burlón mientras apoyaba sus codos en el escritorio. Ayano un poco dudativo accedió cerrando la puerta y acercándose al escritorio leyendo la placa dorada con el nombre del consejero "Shusai Kunahito".

-Bueno, vera señor Kunahito, es solo que...-pero nuevamente fue interrumpido por el consejero.

-por favor solo llámame Shusai, no me agrada que me llamen por mi apellido, me hace sentir viejo- dijo mientras se levantaba del asiento y rodeaba el escritorio acercándose al menor- así que, qué ocurrió?

-es solo, que llegue tarde a clases y bueno la maestra me envió aquí- dijo incomodo mientras retrocedía unos pasos.

-Oh, bueno, lo más seguro es que haya sido la profesora Kyoshi desde que comenzaron las clases a estado así, en fin, no creo que haya sido una falta tan grave como para traerte aquí...aunque en verdad me alegro de que hayas pasado a mi oficina- dijo lo último en un susurro viendo al menor que lo veía sin entender nada- bueno puedes irte, pero me gustaría que pasaras más seguido, ya sabes si tienes algún problema me lo puedes contar a mí- dijo de nuevo con aquel tono de voz cantarino mientras acariciaba los cabellos del chico- en fin puedes irte, aunque creo que ya van a tocar para almorzar, puedes quedarte aquí hasta que toquen, siéntete libre de sentarte- dijo el azabache mayor mientras volvía a tomar asiento, el menor dudativo decidió tomar asiento incomodo sintiendo la mirada fija del consejero hasta el toque de campana el cual fue un alivio, se despido de aquel hombre que en verdad no le inspiraba confianza y se marchó hasta la azotea donde veía a su Senpai almorzando con la molesta de Osana, su celular vibro interrumpiendo su ensoñación con su amor, saco el molesto aparato viendo el mensaje.

Just Love Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora