Capítulo 37

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-Mierda, porque lo hice –murmuro para sí mismo mientras daba la doceava vuelta en su cama –Ahora seguro y debe odiarme –Lamento haciéndose ovillo bajo las sabanas –por qué no me contuve...

.:OoO:.

Con el mal sabor de boca que le había quedado tras regañar a su hermana fue directo a la práctica, como una forma de apaciguar su molestia Ayano iba junto a él, de verdad empezaba a gustar de este, no lo evitaba cada vez se sentía peor cuando alguien se le acercaba, quería tenerlo junto a su persona la mayor parte del tiempo pero era ridículo pedírselo, no eran nada, esa mañana iba a pedir que saliera con su persona pero las palabras se atoraron y su hermana había llegado a interrumpir el momento cuando iba a decirlo por fin.

-¿Por qué la cara larga? –cuestiono Ayano a su lado.

-¿Eh? A no por nada.

-seguro, si te sientes mal podemos irnos –Como adoraba esa faceta dulce que tenía, se preocupaba demasiado, era tierno verle con un ligero sonrojo en el rostro que normalmente era inexpresivo.

-No te preocupes Aishi –Era tentador siquiera rozarlo con las yemas de los dedos, sin poder evitarlo tomo uno de los mechones negros del cabello del menor, las mejillas de este comenzaron a teñirse de un suave rosa –B-Bueno, será mejor apresurarnos, se nos está haciendo tarde.

-C-Claro.

Al llegar corrió apresurado a los camerinos dejando sus cosas con Ayano, era extraño, sentía los nervios formarse en su estómago sin motivo aparente. Al salir ya cambiado Ayano estaba conversando con Yumiko, nuevamente esa incomodidad que sentía solo al verlo demasiado cerca de alguno de sus amigos, interrumpió apresurado metiéndose entre la conversación de ambos azabaches.

-Ah, Yamada ya estás listo –Dijo la oji marino con su cabello tomado en una trenza –Entonces te lo agradecería un montón si nos ayudas –termino la conversación con el menor que asintió.

-¿Ayudar? –cuestiono Taro viendo al menor.

-Ah, bueno necesitamos tomar los tiempos y anotarlos –Explico sacando de uno de los bolsillos de la sudadera que usaba en ese momento, para cubrir el traje de baño azul, un cronometro digital entregándoselo al menor –Por favor anota los nombres en la tablilla que está allí, de verdad te lo agradezco.

-Está bien, es mejor que estar sentado en las gradas sin hacer nada –Comento Ayano sonriendo de forma suave, acción que molesto al mayor pero que paso disimulado por ambos azabaches.

-Bien, será mejor comenzar –Dijo Yumiko retirando la sudadera y dejándola a un lado mientras iba asía el resto de los integrantes.

-Gracias por echarnos una mano –comento viendo al menor quien asintió sonrojándose.

Ya faltaba poco para las seis de la tarde, el entrenamiento había acabado y ahora se encontraba secando su rostro con la toalla después de haber terminado la práctica y salir del agua, Ayano le había extendido una botella la cual tomo gustoso viendo como el menor le sonreía solo a él solo a su persona y a nadie más, tal vez era algo enfermizo el desear acapararlo para sí mismo pero prefería guardárselo muy dentro suyo.

Al momento de marcharse a los camerinos noto algo que le hiso picar aún más en esa molestia que comenzaba a crecer más y más dentro suyo, sin motivo alguno o al menos eso esperaba Odayakana se le había quedado viendo fijo al menor, no podía ver bien qué clase de mirada era, pero algo era cierto no le agradaba en lo absoluto. Tomando aire e dirigió al menor tomándolo por la muñeca llevándoselo de ahí dejando el cronometro junto a la tablilla en una de las bancas.

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