Un día viernes, como cualquier otro para el joven Shin Higaku. Caminaba encimado en la lectura, otro libro de ocultismo, eran tan normales entre su colección. Las ojeras que se formaban bajo sus ojos eran una marca del club de ocultismo. Al llegar paso escucho el escándalo de los del club de karate, muy energéticos para su gusto, o tal vez solo ruidosos.
Sus ojos casi purpuras se clavaron en el capitán del club, Masuta Budo. Suspiro mientras cerraba el libro de tapa rojiza cargándolo en su mano, llego a los casilleros saludando a los que eran miembros del club.
-Buenos días Higaku –Saludo Kukuma, la más joven del grupo.
-Si...Buenos días –Continuo la segunda chica, Supana venía con su mismo carácter de siempre, tan apagado y dormido, algo que compartían entre ellos.
-¿Has logrado encontrar algo? –Pregunto Daku mientras se arreglaba sus gafas.
-Un libro –Dijo levantándolo –Es algo más detallado que el otro.
-Espero que funcione esta vez –Hablo el último miembro presente, Chojo Tekina, el cual arreglaba el flequillo para que cubriera bien el lado derecho de su rostro.
Todos los integrantes se marcharon al oscuro salón, entraron encendiendo una tenue luz para no tener que encender las velas y gastarlas, cada uno tomo asiento en una de las sillas y como una rutina marcada comenzaron su lectura, era otro día más en el instituto, sin nada raro ¿verdad?
.:oOo:.
El toque de campana llamo a los jóvenes de cabellos oscuros a sus respectivas clases, guardando los libros los chicos se levantaron y con su caminar tan adormilado se dirigieron a sus respetivos salones, al entrar Shin noto algo raro, los alumnos parecían agitados, mucho para agregar.
Los del club de ocultismo se orgullecían de ser como eran, solitarios que solo les agradaba la compañía de sus compañeros de club, personas asociales que normalmente evitaban toda actividad física que los agotara, el recurrir a pocos amigos cercanos. Pero ese orgullo tiene problemas, no saben lo que ocurre en el instituto, las noticias y rumores se esparcen lentos hasta llegar a sus oídos.
-"es una suerte que nadie nos haya descubierto" –pensó Shin mientras cerraba los ojos ante la explicación del maestro, la clase era jodidamente aburrida y en verdad no le interesaba en lo absoluto que estuviese pasando o haya pasado –"No nos pueden descubrir, él se llevaría la peor parte" –se repetía mientras de apoco veía como el cielo parcialmente despejado volvía a teñirse de gris, otra lluvia se avecinaba pero era algo normal.
Algo estaba mal en ese día, podía presentirlo. Tal vez debería hablar con Hido, además... esa chica que había visto rondan por los baños.
-Higaku! –Llamo la maestra de lengua sosteniendo el libro con el que dictaba entre sus manos -¡¿Acaso mi clase es tan aburrida como para no prestarle atención?! –Dijo la mujer molesta al ver el poco interés en el joven, puede que este tuviera unas excelentes notas en su asignatura pero eso no quitaba aquella falta de respeto que había echo el chico.
-Lo siento –Murmuro mientras volteaba su vista a la librea y continuaba escribiendo sin más, la mujer suspiro mientras continuaba con la narración, retomando la clase hasta la hora de cambio de asignatura, donde el consejero había pasado a llamarla.
La tercera hora era libre, juntándose con el descanso para almorzar. Los jóvenes muy alegres decidieron salirse de los salones, Shin no planeaba hacerlo y esperaría hasta la hora de colación, pero un azabache con una cinta en la cabeza parecía tener otros planes.
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Just Love Me.
FanfictionNo puedo sentir nada desde que puedo recordar nunca he sido capaz de sentir emociones. hasta que lo conocí...mi senpai... por primera vez senti algo. y ahora, alguien esta tratando de quitarmelo... no dejare que nadie me lo quite...nada más importa...