Capítulo 19

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-Oye ¿escuchaste? –murmuraba un estudiante a su amigo.

-¿Qué cosa? –respondió el otro.

-La maestra se torció el tobillo, parece que no volverá hasta la próxima semana.

-¿Enserio?

-Sí, se dice que alguien la empujo, pero quien estaría por el tercer piso a esas horas.

-Bueno, quien sabe...

-Pero no es nada grave...

.:OoO:.

Buraza Town se encontraba sumido en un horrendo frio, la temperatura había descendido de forma drástica de un día para otro, se avecinaba otra lluvia, una más fuerte y lo más probable más duradera, tampoco ayudaba que el pueblo este rodeado por mar y montañas, el viento costero creaba su estrago en la temperatura y las montañas se encargaban de encerrarlo en el pueblo y tal vez en otros centros vecinos.

Ayano llevaba una bufanda color blanco cubriendo su boca, bajo la chaqueta abierta que llevaba utilizaba un suéter color gris oscuro junto a la típica camisa blanca, su nariz estaba ligeramente roja por el frio y sus mejillas entumecidas, en su maletín cargaba un paraguas negro para no empaparse como la última vez, aunque si veía la oportunidad aria como que no lo llevaba para irse con su amado senpai.

-Y tal vez repitamos ese beso –Murmuro sonrojándose, sintiendo el cambio de temperatura en sus mejillas.

Camino con más entusiasmo al instituto, pero de golpe recordó algo importante, muy, muy importante. Debía escribir una nota ¿Para quién? Se preguntaran, simples para Miyu.

Camino, sintiendo como el estómago se le apretaba, se acercó a la sala de maestros asegurándose que los adultos no estuvieran presentes, al asegurarse que estos no estaban se acercó rápidamente al que sería el escritorio de la maestra de Lengua, busco entre las carpetas de está encontrando lo que quería, un examen escrito de Kokona Haruka. Escondió el papel en su maletín dispuesto a marcharse, pero al acercarse a la puerta esta se abrió de improvisto asustándolo.

-¿Tú?¿qué rayos haces acá? Es la sala de maestros –Interrogo Gakusei al ver al menor frente suyo, no lo escondería, no le agradaba en nada ese chiquillo de carita fina.

-V-Venia a buscar a la maestra de lengua, pero no está así que ya me iba –Dijo el menor, inspeccionando sus opciones, tal vez y si no había nadie adelantaba la muerte de ese imbécil ojos celestes.

-...Sabes, no se quien mierda eres –Comenzó a hablar el presidente –Tampoco me interesa, pero no me agradas, en lo absoluto.

-Sabes –Rio Ayano mientras sus ojos perdían brillo y sus manos temblaban dispuestas a romperle la cara al otro a golpes limpios hasta deformarla en una masa de carne –Tu tampoco me agradas –encaro al otro sacando pecho –Es más, ahora mismo te molería a golpes.

-Ha, quisiera ver eso de un enano como tú –Contraataco el castaño pegando su pecho al del más bajo, sintiendo las ganas que este tenía de saltarle en ese instante y golpearlo, y por algún motivo él también sentía ese fuerte deseo de romperle esa cara de muñeca que poseía –Quisiera ver con que fuerza me golpearías enano.

Con los puños apretados y rechinando los dientes, Ayano estaba listo de sacias su sed asesina con ese imbécil frente suyo, quería destruirlo, molerlo, quitárselo de encima de una vez, más que a Kokona, más que a Saki, Más que a todas las imbéciles que se fijaron en su amado, a ese imbécil frente suyo quería aniquilarlo de la forma más fría que podía o simplemente dejar que la rabia lo consumiera y batirlo a golpes como hiso con el idiota en los baños.

Just Love Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora