Negro. Era todo lo que podía ver, una profunda oscuridad me cegaba.
Al intentar moverme me di cuenta que mi cuerpo no me respondía, parecía que me hallaba anestesiada. No podía agitarme o salir a la superficie, aunque no sentía que me ahogaba tampoco descarté la opción de estar dentro del agua. No, no era agua. Este líquido era espeso, grumoso...aquella rara sustancia que escupimos antes de desaparecer.
Sentía mis carne entumecida, como si un par de pesas estuvieran adheridas a mis tobillos, a los músculos de mi rostro, y sobre todo a la espalda.
Tenía la columna vertebral arqueada igual que una gimnasta aficionada, esas que intentan los ejercicios más peligrosos sin tener experiencia terminado hechas trozos.
No bastaba con que mi orgullo hubiera sufrido esos desplantes, ni las grandes decepciones que me llevé, ahora al destino le parecía gracioso ponerme a nadar en esta mermelada negra, y para colmo, en lugar de darme una muerte rápida me permitía respirar aquí abajo.¿Cuánto había pasado ya? ¿Minutos? ¿Horas?
Lo más inquietante es que oía voces muy tenues, distinguía lamentos y gritos en un idioma desconocido, a pesar de que no entendía lo que trataban de decir el corazón parecía a punto de salirse de mi pecho.
Mis desesperados intentos por girar las piernas solo provocaban unas pequeñas burbujas grises, no me había movido ni medio metro.
Entonces sucedió, el zafiro en mi pecho se elevó mientras resplandecía con ese característico azul permitiéndome ver donde me encontraba, aunque -por alguna razón desconocida- el raro líquido lucia verde bajo la iluminación del collar.
El miedo devoró ese rayo de esperanza que tenía antes de saltar.
Luces blancas pasaban junto a mí a una velocidad impresionante, con trabajo conseguía verlas. Ellas eran las dueñas de esos escalofriantes mensajes lastimeros. Cada una avanzaba dejando un camino de burbujas a su paso.- Bébela -susurraba una melodiosa voz femenina, que si no recuerdo mal hace unos instantes lloraba desconsoladamente.
Giré la cabeza con lentitud, buscando la luz que me había hablado.
- Si quieres salir tienes que beberla. -Esta vez era más grave, y tenía un deje de burla.
¿Cómo se supone que voy a tomarme esto si ni siquiera estoy conteniendo la respiración? Tuve que controlarme para no manotear igual que una loca, si perdía el control iba a ser más difícil irme de aquí.
- Abre la boca y tragas, llegaras a dónde deseas.
¿Debería confiar en una bolita blanca? Bueno, no tiene razón para mentirme ¿o si?
No lo pensé tanto, decliné por hacerles caso, después de todo no poseía muchas opciones como para darme el lujo de cuestionarlas.- ¿Dónde diablos estoy?- exigí, luego de darle un sorbo al amargo líquido, quemaba mi lengua.
Escuché unas risitas alegres iguales a niños haciendo travesuras.
- Bienvenida al Río Durembo.
Después de esa frase, las voces estallaron en sonoras carcajadas que me pusieron la carne de gallina. ¿Se trataba de un juego? ¿Había bebido algo malo?
Las interrogué pero cada pregunta que salía de mi boca era como si les estuviera haciendo cosquillas, sus alegres risotadas resonaban junto a mis oídos. No sabia si indignarme o asustarme por su comportamiento.
Opté por la segunda opción una vez que se fueron deseándome sus mejores deseos "suerte, brujita blanca" habían dicho en un tono cauteloso antes de pasar rápidamente sobre mis hombros.
Es todo. Voy a morir. Tanto esfuerzo para nada, al menos vería a mis padres y a la abuela, lo que me perturbaba es que moriría virgen al igual que Jane Austin. Sin darme el lujo de tener todos esos gatos de solterona, el gusto por tejer cosas innecesarias.
Les haría a los hijos de Peter unos feos gorros para el invierno y me ofendería si no los usaran, además de que mi amigo los obligaría a portar lo que su tía Lana tejió con tanto esfuerzo y tiempo libre por ser una vieja que mata el rato en citas a ciegas por internet...
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Las joyas del tiempo
Teen FictionEn el mundo existen sólo cinco joyas preciosas que se crearon para viajar en en tiempo. Estos elementos están malditos por el brujo que los creó. El portador de la joya tendrá un poder inimaginable más allá del universo mágico pero también será acre...