La puesta de largo (parte 3)

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La fiesta se celebró el el jardín trasero de la gigantesca casa. Era un día soleado, el viento cálido de verano sacudía las hojas de los árboles con suavidad. La música de los violines se mezclaba con los murmullos de la gente y las dulces melodías que entonaba la naturaleza; el canto de las aves azules que sobre volaban las copas de árboles, el crujido que se oía cuando las ardillas enterraban las diminutas garras en las capas de corteza, y hasta el zumbido del panal que colgaba sobre una gruesa rama.
La decoración era muy meticulosa, todo contrastaba a la perfección; los manteles que arrastraban sin dejar ver las patas de la mesa, las charolas con comida acomodada simétricamente, listones delgados colgaban de los pilares en formas curveadas para adornar. En los arbustos crecían unos rosales blancos que conminaban con el vestido de la protagonista de este evento, debieron de haber planeado esto con años de anticipación para que saliera tan perfecto.

Miro a mi alrededor, las personas se presentan con títulos y nombres completos, se saludan con cortesía y conviven. Saludan a la festejada con inclinaciones he incluso abrazos, escucho fragmentos de conversaciones donde la felicitan y comentan que han venido desde muy lejos solo para traerle regalos y verla, pero la joven parece estar absorta en otra cosa, pareciera que es infeliz.

En estos momentos Alec haría un comentario ofensivo o sarcástico sobre mi sexualidad al ver que estoy mirando con mucho interés a la hija de Benjamín. El corazón me bombea con fuerza cada vez que recuerdo que estuve a dos segundos de abrir la cabeza de Alec. Me da algo de remordimiento pensar que pude lastimarlo, aunque que he fantaseado con eso desde que lo conozco...pero no quería llevarlo a esos extremos, supongo que fue el miedo y la rabia que sentía al ver que Peter estaba poniéndose morado, me gano la impotencia. Tengo esa costumbre de defenderlo por encima de todo, nos cuidamos la espalda mutuamente, se que si tengo algún problema Pet siempre va a estar ahí para mi.

Estoy arrumbada en la esquina de una mesa sin hablarle a nadie, tal y como Benjamín me ordenó cuando se fue junto a Sarah y Alec a "resolver un asunto" Siendo franca, estoy acostumbrada a que me digan que hacer todo el tiempo, seguir las reglas no es un problema para mí. En cambio Peter protestó mas veces de las que podría contar... «¿es información clasificada?» «¿por qué Sarah y su simio si pueden ir?» «¿es que no somos tan importantes como ellos?» «¡ustedes siempre tienen lo divertido!» y podría seguir y seguir.

Pero tiene razón en una cosa, nos están excluyendo ¿a caso no éramos un equipo? Deben de traerse algo entre manos, algo tan secreto que al parecer no somos lo suficientemente confiables como para contarlo. Pero si ellos no pueden fiarse... ¿por qué nosotros si?

-tienes buen brazo .-comentó Pet mientras se llevaba a la boca un bocadillo de la perfecta pirámide de comida.

-gracias, es de familia.-alardee con una sonrisa. Sabia que se refería a hace un rato cuando le lancé el frasco a Alec.

Peter esbozó una mueca de disgusto.

-no lo vuelvas a hacer ¿si?-pidió con semblante serio.-me siento...vulnerable cuando mi hermanita menor me defiende, yo podía haberle puesto un ojo morado...después de que tomara aire.

-no creo que fuera culpa de Alec.

para sorpresa de ambos, esas palabras salieron de mi boca ¿lo estoy defendiendo?

-si, fue un idiota.-me corregí rápidamente.-pero no sabia que tenias ese problema.

Peter se encogió de hombros.

-tal vez tengas razón, pero tú no eres de las que perdonan con facilidad ¿te dijo o hizo algo para que la opinión que tenias respecto a él cambiara?

-no, solo estoy dando distintos puntos de vista para analizar...

-silencio.-espetó haciendo un ademán con el dedo.-por mucho que te adore, no tengo ganas de escuchar una larga explicación que entenderé los primeros veinte segundos y luego solo finja escucharte y debes en cuando frunciré el ceño para que parezca que lo estoy meditando.

Las joyas del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora