Narra el amo
Puedo ver el miedo detrás de esos ojos verdes, tan inocentes y tan puros que me encantan, me tiene loco desde que la vi en aquel orfanato.
Me acerco peligrosamente y la tomo del pelo, obligándola a pararse de la cama. Si supiera que no le quiero hacer daño, pero debo enseñarla a obedecer, ella es mía y no voy a permitir que nadie la aleje de mi como paso con Madeleine
— Ahora vas a entender porque no puedes hablar con extraños — susurró suavemente en el oído de la pequeña y asustada Madi.
Salgo de la habitación sosteniendo a Madi del pelo, bajo las escaleras y por la cercanía de ambos puedo oír sus sollozos.
Salgo de la casa por la puerta de la cocina, paso al lado de la gran piscina, y me introduzco en el pequeño bosque.
Abro la puerta de la pequeña casa de madera y tiró de Madi al piso, la cual a estas alturas tiene la cara empapada de lágrimas y el pelo desordenado.La tomo de nuevo por el pelo y empiezo a arrastrarla hasta una esquina, mientras profesa gritos de dolor, los cuales me empecinó en no escuchar o me arrepentiré.
Me quito la correa y empiezo su castigo, azoto sus redondas y suculentas nalgas blancas, cada vez que aquel material impacta con su piel, su boca se habré dejando escapar gritos de dolor y su piel empieza a combinarse con su cabello.
Eso solo hace que mi furia crezca, que recuerde a Madeleine y un sentimiento de dolor e impotencia aparezca en mí. Quizás si la hubiese tratado así no se hubiese ido con otro, no hubiese muerto en ese accidente dejándome solo con mi pequeña.
Me termino de quitar el pantalón y la camisa, quedando en bóxer.
Me acuesto sobre aquél cuerpo frágil y de piel pálida, y empiezo a besarla de una manera hambrienta y posesiva.
Quitó su vestido rojo fácilmente al igual que su ropa interior, separó sus piernas y la penetró mientras lamo, chupo y jugueteo con sus pezones.La sensación que tengo cada vez que estoy dentro de ella, es incomparable a la que allá sentido alguna vez con alguna mujer.
Madison es simplemente perfecta, es idéntica a Madeleine, o quizás una versión mejorada, y si no es así yo me encargaré de ello.
Ambas con ese pelo rojizo, esos ojos verdes, esa piel pálida, ese cuerpo magistral. Ambas mías, a una le tocó jugar con el ángel y a la otra le tocara solo por ese parecido ser el juguete del Diablo.Salgo de ella y la tomo de la nuca con violencia para besarla, me encanta el néctar de sus labios, el olor a rosas de su piel, y el fuego de sus ojos verdes.
Miro atento cada marca que tiene su cuerpo, cada huella mía dejada en ella, mi obra de arte.
Miro la cicatriz en su abdomen y una rabia inunda mi interior, maldito sea quien se atrevió a tocarla antes que yo, solo necesito unos cuantos días y se arrepentirá de haber nacido, miro sus ojos llenos de lágrimas mientras hago la promesa, cuando termino me levanto, me visto y me largo..............................................................
P.d.: El amo en multimedia.
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Te Pertenezco (Editando)
RomanceMadison Smells y Madelaine Gruh tienen en común dos maldita cosa, ambas son pelirrojas y ambas son el capricho de un hombre roto y perdido. ¿Qué final puede tener una niña que fue abandonada a sus 3 años en un orfanato, con tan solo un peluche de f...