capitulo 10

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Madison caminaba hacia el amo dispuesta a todo, ¿qué podría perder?

Justo en el momento que se acercaba, el amo tomo el micrófono y comenzó a hablar.

La pelirroja furiosa no prestaba ninguna atención a las palabras del castaño, hasta que el joven menciono la palabra compromiso.

E invito a pasar a la sorprendida chica al escenario, no podía creer lo que había escuchado hasta que noto que todas las miradas se dirigían a ella.
¿Podría el ser tan sínico? ¿o es que tenía tanto control sobre la chica que sabía que ella no rechazaría su propuesta aunque lo odiara con el alma?

La chica con toda su rabia y ganas de llorar, no precisamente de la emoción, se dirigió al lugar donde estaba él hombre que en tan poco tiempo le había causado tanto dolor, la había hecho llorar por noches enteras, la había maltratado, utilizado y desvalorizado.

Mientras aquel hermoso anillo de piedras y cristales finos, se deslizaba por el dedo de la pelirroja, las lágrimas brotaban de sus ojos como las cascadas en tiempos de lluvia.

Es que en verdad ese anillo marcaba rotundamente que le pertenecía a William, mientras todos le aplaudían a la pareja perfecta y les felicitaban por su compromiso el mundo de Madi se le derrumbaba encima, durante todo el tiempo que había durado encerrada en el palacio de esa bestia, su esperanza no había muerto y si de algo estaba segura Madi es que algún día seria libre, que saldría de ese infierno que por tantos años la había tenido en cautiverio, aunque fuera lo último que hiciera en su vida algún día podría decir que ya no le pertenecía a nadie, que era libre al fin como nunca lo había sido.

Madi no podía evitar llorar así que su futuro esposo en vista de que su linda prometida se sentía muy feliz, la mando a llevar a la habitación para que no estorbase con el desarrollo de su fiesta.

Ayer mientras dormía había pensado en la idea, una novia puede tener libertades que una esposa no, así que para él era muy conveniente. Además se quitaba a su familia de encima por completo, ya lo tenían harto hablándole a cada rato de compromisos estúpidos que no ocupaban ningún rincón de su mente.

La pelirroja entro a su habitación y se derrumbó a llorar en la cama, se quitó los zapatos de tacón y los lanzo a la pared, estaba harta de ese hombre, William Smith había marcado su vida desde el momento que la compro, hubiese preferido morirse antes que vivir el martirio del que era presa, ya ni sabía que era lo peor que le había pasado, ya el dolor la estaba volviendo loca.

Te Pertenezco (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora