La veo correr desde el ventanal de mi oficina, cada día esta más grande. Se me hace difícil creer que ya tiene 2 años.
Es una niña hermosa tan parecida a mí. A tan corta edad se le nota que será una mujer con temperamento.Camino a paso lento hacia la puerta, cuando estoy llegando a esta me volteo levemente y miro el cuadro de mis tres pelirrojas, el final de una etapa y el comienzo de otra. Nunca me arrepentire de la inversión que hice para obtener a Mady.
Madison
Bajo las escaleras con paciencia tratando de cuidarme y al capricho de James que ahora llevo en el vientre.
Cuando llegó al final salgo hacia el jardín y veo a mí pequeña corretear detrás de Hami, un Show Show negro con blanco regalo de la tía Andrea.—Marly ven con mamá, Ya se hace tarde cariño. —La veo ponerse roja y hacer sus pucheros, agita la cabeza y me mira con sus ojos llorosos. Parece todo una muñequita de Disney.
—No, no. Quielo mi papá. —Suspiro tratando de alargar mi paciencia.
—Soy tu madre y tienes que escucharme, no seas caprichosa Marlen.
— ¿Que ocurre? ¿cuál es el escándalo? — veo a William aparecer detrás de mí con su temperamento serio, si tan sólo lo utilizará con Marly, pienso para mí.
— Mamá, es mala, no deja a mí juga con Hami. —y como es de esperarse William sólo se acerca y se pone al nivel de ella, le susurra unas cosas en el oído y la convence de entrar.
Los sigo sutilmente enojada, Ya estoy harta de William debí irme aquella vez cuando pude, total mi hija a veces olvida que soy su madre, ama malditamente a su padre.
Me siento en un sofá, mi predilecto de todos los que tiene la biblioteca, agarró un libro del estante más cercano y empiezo a sumergirme en otro mundo, a vivir otra vida, donde mi realidad no sea una pesadilla con momentos de felicidad.
Despierto sobresaltada después de soñar que lo que pasó aquella vez con Marlen se vuelve a repetir. Dejo el libro en el sofá y subo a paso lento a la habitación que comparto con William. Lo veo acostado con una calma que me gustaría compartir pero no puedo, nunca lo lograré perdonar, me ha causado tanto dolor. Lo único bueno que he obtenido de él a pesar de todas las batallas que he peleado son mis hijas. La pequeña sin nombre que aún está en mi vientre y la señorita caprichosa de Marly.
Camino a su habitación con una punzada de dolor, la veo descansar entre sus peluches color rojo. Y una lágrima se escapa de mis ojos, me acerco lentamente a su camita y acaricio su cuerpecito, miro sus mejillas sonrosadas, sus pestañas largas y su boquita entreabierta. Mi maravillosa creación, el amor de mi vida.
Marlene, el lazo entre James y yo, nuestra unión eterna.
— Te amo, aunque para ti no sea la mejor madre, Perdóname pequeña. Es que nunca pude compartir bien con mi madre, nadie me enseñó como ser una.
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Te Pertenezco (Editando)
عاطفيةMadison Smells y Madelaine Gruh tienen en común dos maldita cosa, ambas son pelirrojas y ambas son el capricho de un hombre roto y perdido. ¿Qué final puede tener una niña que fue abandonada a sus 3 años en un orfanato, con tan solo un peluche de f...