capitulo 5

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Me despierto con un dolor en la parte baja de mi abdomen, no aguanto más estar aquí esto es un maldito suicidio.
Bajo de la cama para dirigirme al baño, ayer después de que ese imbécil me usó todo lo que quiso, terminé con un dolor horroroso por todo mi cuerpo, con más marcas y con el alma más destruida.

Al entrar al baño lavó mis dientes y hago mis necesidades, al pararme para ir a la ducha noto un poco de sangre entre mis piernas.
Quizás me llegó el periodo, pienso sintiéndome frustrada, pero luego me doy cuenta de que es algo positivo, así no me obligará a tener sexo.
Me doy un baño de agua caliente, me siento muy débil, así que debo aprovechar que el idiota no está maltratando mi cuerpo para descansar.

Salgo del baño un poco mejor, pues el dolor se me ha aliviado luego de la ducha, tomo una toalla sanitaria de una gaveta que tiene todas esas cosas de cuidado personal y me la coloco junto a mi ropa interior, saco un botecito con crema para los hematomas y me entretengo entre el azul, el verde y el rojo de mi cuerpo.

Me visto con un vestido que encuentro en el pequeño armario que me han instalado y saco unos zapatos de piso celestes, lo menos que quiero es salir de aquí así que me entro de nuevo bajo mis sabanas.

Siento que abren la puerta y miro hacía donde esta se encuentra, con el corazón acelerado, he perdido la confianza hasta en mi sombra.

—Hola Andrea —digo con una sonrisa. ¡Por fin algo bueno! pienso mientras esta responde.

—Hola Madi vine arreglarte para el almuerzo — Dice con su tono chillón que la caracteriza.

— Sí, claro y ¿Cómo estás?— respondo sentándome en la silla frente al Peinador con dificultad.

—Muy bien, gracias. —habla mientras empieza a maquillar mi cara, ignorando mi dolor y por sobre todo mis marcas.

Al terminar me veo hermosa, como siempre que Andrea me arregla, tengo en la cara un tono natural, que me queda hermoso, mi pelo rojo esta suelto perfectamente lacio, me encanta como me veo, pero las miradas de lástima que me dirigió Andrea cada vez que veía mi cuerpo, empañan cualquier felicidad que pueda sentir.

Andrea se despidió hace un rato, luego de darme una charla sobre principios básicos de maquillaje, para cuando ella no esté, vuelvo a mi cama luego de comer un pequeño desayuno que me ha traído Cristina y justo cuando estoy a punto de quedarme dormida Cristina entra de nuevo a retirar todo, pero está vez con unas pastillas y un vaso con agua, me obliga a tomarlo todo sin rechistar, antes de irse me avisa que debo bajar, que ya todo está listo y que no me hace bien estar sin comer en ese estado, y al igual que Andrea me recorre con sus ojos llenos de lastima.

Bajo las escaleras con mi cabeza en alto, pues ya no pienso dejar que las personas me miren con lastima, y justo cuando me siento invencible me topo con sus ojos azules y mis piernas se aflojan, maldita pesadilla la que estoy viviendo.
Su sonrisa se ensancha y no puedo evitar querer llorar, no sé cómo está en paz después de todo lo que me ha hecho, es una bestia.
Una bestia bastante hermosa por fuera, pero con un alma podrida, pienso mientras lo veo caminar hacia mí, sin previo aviso me besa y con una de sus manos agarra mí cintura, mientras que con la otra palmea mi trasero mientras muerde mi labio inferior.

Te Pertenezco (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora