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Me visto con un conjunto de pantalones y blazer blanco junto con una blusa color limón, es algo inusual en mi usar este tipo de ropa, ya que el amo me compro un montón de vestidos veraniegos.
Me miro en el espejo mientras Andrea maquilla todas las marcas que quedan visibles en mi cuerpo y un poco mi cara para que deje su palidez habitual. Mi cabello rojo esta largo, porque desde que llegue a esta casa no lo he cortado;
bajo a desayunar encontrándome con William que toma una tasa de café mientras mira el periódico, me echa un vistazo y vuelve su vista a la lectura. Samanta aún no se ha levantado y Molly come galletas de vainilla y toma chocolate a un costado de su padre. Me acomodo en la mesa y doy los buenos días para mis compañeros de desayuno, la  pelirroja me mira con una sonrisa tierna fingida y vuelve a comer sus galletas.
James me anuncia que los planes han cambiado, que hoy sostendremos una tarde en casa de sus padres donde están invitados todas las personas de su círculo social y donde anunciaremos la llegada del bebe, la boda se realizara en un mes en una catedral Francesa y no en la mansión donde estaba prevista. Y de luna de miel iremos a pasar un mes después de la navidad a República Dominicana una isla tropical del caribe.
Miro el anillo de compromiso en mi mano mientras camino a la biblioteca donde puedo tener un poco de paz hasta la tarde, que es cuando debo irme junto al amo y fingir ser la pareja perfecta. Pienso en todas las cosas que han pasado desde hace dos meses que me pidió matrimonio y como en un mes seré su mujer ante el mundo, aunque ya lo soy dentro de estas cuatro paredes.
Toco mi vientre cuando tomo asiento y aun no puedo notar nada, siquiera esta abultado, pero sé que ese ser maravilloso que crece dentro de mí, es el amor de mi vida, aunque aún no lo he visto.
Pienso en Madeleine y en cómo se tomó William la noticia cuando se enteró que Molly venía en camino. Por un momento me siento triste porque me hubiese gustado que quisiera a esta cosita que crece dentro de mi como sé que el amara a su padre. Es verdad lo que me dijo el amo cuando puso las condiciones ahora se me hará más difícil escapar, pero es que ya no creo que quiera hacerlo siquiera.
No quiero dejar a mi bebe sin familia, sin un apellido, no quiero que sea un don nadie, ¿cómo lo mantendré o como conseguiré sobrevivir con mi embarazo sin morir en el intento?
Además aunque no lo quiera admitir después que Andrea me contó más sobre su historia y después que cambio conmigo no sé si lo odie tanto en realidad.
Pues desde el momento que fui comprada supe que le pertenecía, que era de su propiedad y que eso por más que yo quisiera no lo podía cambiar fácilmente.
Aún recuerdo ese día cuando Andrea me pregunto si nos cuidábamos y tras decirle que no decidió hacerme una prueba de embarazo, esas dos rayitas son los símbolos más bonitos y los que más me han marcado, son el inicio de un pacto que no terminara jamás.

Te Pertenezco (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora