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Luego de presentar a Madi frente a toda la familia y allegados cercanos, subo al pequeño escenario donde anunciaré el motivo por el cual estamos reunidos.
—Un pacto se define como un tratado entre dos partes que se comprometen a cumplir alguna postulación, hoy estamos aquí reunidos por uno de los pactos más hermosos que Dios me ha permitido realizar, el cual es una unión que me llena de felicidad, hace unos meses selle un pacto de amor con esa hermosa pelirroja, la cual me ha dado como premio una gran noticia, seré padre por segunda vez, un nuevo integrante de la familia Smith crece dentro de ese hermoso vientre que sirve de incubación para una maravilla de la naturaleza, el día de mi compromiso con Madison ambos realizamos un pacto de amor, de este amor hoy nos sentimos orgullosos porque dará fruto, un fruto que mezclara nuestra sangre y nuestro destino por siempre. —Digo esta última frase mirando a los ojos de Madison — salud familia.
Cada una de las palabras de William rondan mi mente durante toda la tarde, y también durante el camino a casa, a veces creo que este hombre está loco y otras que solo es sumamente inteligente y que logra lo que quiere.
Llegamos a casa y todos nos adentramos en ella, Samanta se larga a su habitación y el amo acompaña a Molly a la suya, mientras yo por mi parte voy a la biblioteca, realmente estoy cansada pero no tengo nada de sueño aún.
Me concentro tanto en mi lectura que no se en que momento me quedo dormida, hasta que siento como me elevo en el aire y su perfume inunda mis fosas nasales.
—Me imagine estarías aquí — habla más para el que para mí.
William sube las escaleras con pasos lentos y cuando por fin llegamos a la habitación me deposita suavemente en la cama. Siento una mano acariciando mis senos, trato de ignorarla pero un pellizco en mi pezón hace que despierte de golpe.
—Ve a ducharte, no tardes — me levanto un poco sonsa y me empiezo a desvestir frente a él. Para luego caminar en ropa interior hasta el baño.
Lavo mi cuerpo con agua tibia, hace mucho frío así que tardo menos de lo normal. Me coloco los productos de higiene personal y una crema suavizante.
Salgo desnuda y me recuesto a toda prisa, mi amo no pierde tiempo y pega su miembro a mis nalgas, mientras acaricia mis pezones.
—Quiero follarte pelirroja, tal vez toda la noche — susurra con su voz ronca en mi oído y no puedo evitar excitarme.
Me doy la vuelta y quedo acorralada entre sus brazos, me mira fijamente a los ojos antes de lanzarse a devorar mis labios, aprieta mis nalgas con fuerza y mete más su lengua en mi garganta.
—No sé qué tienes que me vuelve loco — no dura un segundo en adueñarse de mis senos, los cuales están sensibles y con mis pezones rosados apuntando el techo. William juguetea con ellos un largo rato, causando que susurre su nombre entre jadeos.
Un grito agudo sale de mi garganta y mi trasero arde, realmente no esperaba esa nalgada, antes de que pueda recuperarme otra más llega más fuerte que la anterior, provocando que mis jugos vaginales mojen toda mi entrepierna.
Abro las piernas, mi vagina ruega por su atención y mis senos duelen por los tirones que le da con sus dientes. Besa mi cuello dulcemente y de igual manera mi abdomen, lo que provoca que sonría, mete su lengua en mi ombligo y me retuerzo como una serpiente, otro grito sale de mi garganta cuando su lengua recorre mi vagina, según sus lamidas y besos siguen, creo que convulsionare de placer, de seguro mis gemidos y gritos deben oírse por toda la casa. Toma perra Samanta.
William sube y besa mis labios nuevamente y cuando se despega me mira con una sonrisa pícara de lado —Descansa muñeca, porque esto no es nada comparado con lo que tengo para ti mañana, eres mía Madi, y mañana quedaras tan adolorida y tan llena de placer que lo recordaras por siempre.

Te Pertenezco (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora