30

5.1K 276 72
                                    

Miro a Madison dormir cómodamente abrazada a nuestra hija, y no puedo evitar sentirme culpable de todas las mierdas que he hecho.
Camino despacio hasta la cama y le doy un pequeño beso de buenas noches a mi hija, y otro a la mamá. Se ven tan tiernas juntas.

Madison quedo con secuelas luego del prematuro nacimiento de Marly, por lo que se quedó hospitalizada, aparentemente muy grave. Pero hice todo lo que pude y aunque un poco mal todavía, cumplí mi promesa de que mi segunda hija no quedaría huérfana.

Madison

Siento a mi pequeña gimotear en busca de mi pezón, es una beba preciosa. Desgraciadamente igual a su padre.
Con dolor lo colocó en su boca y dejo que se alimente, mientras beso sus manitas, sus cachetes y le platico de lo hermosa que es. Mi bebe me mira atenta moviendo sus ojos para inspeccionar cada parte de mí.
Lo veo entrar por la puerta y una punzada de rencor me carcome.

—Hola amor, eres una bebé comelona, te encanta la leche de mamá. — le habla con cariño provocando que mi hija suelte mi pezón y empiece a llorar en busca de su padre.
James la carga suavemente, y besa su frente.

— Sé que extrañas a papá mi vida, papi también te extraña y te ama. Pero debo trabajar y dejarte con la mamá — mi bebe en vez de calmarse empieza a agitar sus manitas y a nublar sus cejas enojada, como si le reclamara por dejarla conmigo.

—Vamos amor, ya papi esta aquí para ti — sonríe y sale de la habitación rumbo a sabrá Dios donde.

La rabia se apodera de mí, se me hace tan difícil acostumbrar a nuestra hija a estar conmigo y todo por su culpa. Por su culpa no la pude ver durante sus primeros dos meses.

Me levanto despacio para no marearme y bajo hasta la sala, donde lo veo darle el biberón a Marly.

— No es gracioso que me arrebates a mi hija William, es mía también, yo la traje al mundo. — hablo intentando no llorar.

— Sabés, si quieres te hago otro pero esta hermosa es de su padre, ella me ama y le gusta estar conmigo. — besa sus cachetes y la bebé ríe — tu mami es mala, nos quiere alejar.

James ignora mi presencia y termina de alimentar a la bebé. Luego saca sus gases con toda la tranquilidad del mundo, y mis lágrimas de impotencia no tardan en salir. Hijo de puta mil veces.

—No llores Madison, tú eres la que no quiere quedarse aquí con nosotros — suspira — Marly es mi hija, si te quieres ir vete. Pero yo me quedo con ella. Te dije tienes dos opciones, o te comportas como mi mujer y olvidas todo, mientras somos padres felices o te largas de esta casa para siempre y te olvidas que tienes o tuviste una hija.
James agarra a la pequeña y se para del mueble.

— Tú decides, estaré arriba. Recuerda que mañana se acaba el plazo. — Espero tengas pensada una respuesta.

Te Pertenezco (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora