Cuando el sol iluminó con suavidad la habitación, Kari se despertó. TK se había llevado una mano a los ojos mientras le daba la otra a ella, tal y como se había dormido durante la madrugada. Los cardenales se habían oscurecido pero les había bajado la hinchazón, mientras que en el labio casi no quedaba rastro de que le hubieran dado un puñetazo. Kari se incorporó y TK se quitó la mano de los ojos.
-Buenos días.
-¿Estás bien?
-Me duele la cabeza y me siento como si tuviera agujetas por todo el cuerpo, pero al menos dormí algo.
La chica tragó saliva.
-Lo siento, TK.
-¿Por qué?
-Por esto –le señaló los hematomas.
TK se sentó junto a ella con esfuerzo.
-¿Sabes que no es culpa tuya? ¿Sabes que la única culpa es de aquellos dos por portarse como idiotas? Si ellos fueran como tú, yo ahora no estaría así y tú no te sentirías culpable. Así que olvídalo y vamos a preparar el desayuno. Me muero de hambre.
Kari le regaló una sonrisa y se levantó de la cama. Él intentó seguirla pero se mareó y se quedó sentado con la cabeza sobre las manos.
-Creo que la cabeza me va a estallar.
Kari se inclinó a su lado, preocupada.
-¿Te dieron algún golpe en la cabeza?
-No sé –rió sin ganas–, me dieron muchos golpes, supongo que sí.
-Túmbate, voy a prepararte algo para comer.
Cogió la bolsa de hielo, que se había convertido en agua, y se dirigió a la cocina a preparar el desayuno. Puso algo de fruta en un bol, preparó tortitas, sirvió zumo de naranja, y regresó a la habitación.
-¿Quieres desayunar aquí o en la mesa? –Dijo desde la puerta.
-Ya estás haciendo demasiado por mí, no quiero que me traigas también el desayuno a la cama.
Se intentó incorporar pero le costaba, así que Kari se acercó para ayudarlo. Le dio una mano y tiró para que se levantara, pero TK se tambaleó y cayó de nuevo, arrastrándola y dejándola encima de él. Kari apoyó las manos en la cama, cada una a un lado de la cabeza del chico, y se miraron a escasos centímetros.
-Lo siento –susurró él.
Pero la chica lo miró a los ojos y le invadió una extraña sensación que no supo identificar. Con una repentina seguridad, se acercó y lo besó.
-Kari...
-Estás débil y no voy a aceptar un no, al menos de momento. Cuando te recuperes podrás negarte todo lo que quieras, pero mientras estés así voy a aprovecharme.
La sonrisa en su cara no tardó en aparecer. A Kari le vino a la mente de pronto el mensaje de Yolei, "Intenta no violarlo mucho", y también sonrió.
-Sabes que te puedo denunciar por esto, ¿verdad?
-Puedo correr el riesgo.
TK le puso una mano en la cara y le devolvió el beso.
-¿Y qué vamos a hacer cuando me recupere?
-No lo sé, ya lo veremos.
Le rodeó la cintura con un brazo y giró hasta quedar encima de ella, sin apoyar del todo su cuerpo. De nuevo, la besó mientras ella le pasaba las manos por el pelo y el cuello, pero él se apartó de repente con un jadeo.
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Takari: A pesar de todo
FanfictionDigimon: Takari (TK y Kari). Takari más leído y votado de Wattpad. © Año 2007. Kari tiene dieciséis años y acaba de comenzar su penúltimo año de instituto. Parece que todo se desarrollará sin contratiempos, como siempre, pero pronto empieza a darse...