Diciembre | Despedida

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TK se cruzó de brazos para esperar a que su padre saliera del trabajo. Habían quedado a comer para despedirse y su padre, como ya se esperaba, estaba saliendo más tarde de lo que le había dicho. Pero, para su sorpresa, su hermano tampoco aparecía. Se quedó mirando durante varios minutos cómo los trabajadores de Fuji TV se movían de un lado para el otro y trasteaban en sus ordenadores con una concentración admirable. Comenzaba a cansarse de esperar, por lo que procuró hacerse a la idea porque sabía que todavía le quedaba un buen rato hasta que su padre saliera.

Justo cuando suspiró para armarse de paciencia y escribirle por cuarta vez a Matt, recibió un golpe en el hombro que le obligó a girarse.

–Oh, lo siento –articuló la otra persona.

TK estuvo a punto de decirle que no se preocupara, pero le sorprendió tanto ver a Yung ahí que no supo qué decir. A su lado había un hombre alto que se parecía de manera sorprendente al chico.

–Ah, Takaishi –continuó–, eres tú. Perdona, no te había visto.

–No, no te preocupes –sonrió–, yo tampoco estaba muy atento.

–Encantado –intervino el hombre–, soy Satoru Hoshishima, el padre de Yung.

–Takeru Takaishi –se presentó–. Un placer.

–Es un compañero de mi instituto. Si no recuerdo mal, su padre trabaja aquí –explicó Yung.

–Eso es, ¿usted también, señor?

–No, yo soy periodista, he venido a traer contenido. Chicos, me tengo que ir –añadió mirando el reloj de su muñeca–, vuelvo en un rato. Yung, ¿me esperas?

–Sí, papá.

Los chicos se quedaron mirando al señor Hoshishima marcharse con otras dos personas vestidas de traje, y de pronto un incómodo silencio los rodeó como una neblina. TK suspiró despacio, procurando fingir que no sentía incomodidad ninguna, pero estaba claro que ninguno de los dos sabía cómo hacer que ese encuentro resultase menos violento.

–¿Tú también esperas a tu padre?

TK agradeció que fuera Yung quien lograra sacar conversación, aunque hablar con él no fuera precisamente algo que le apeteciera.

–Sí, voy a comer con él y con mi hermano para despedirnos.

–Es verdad, te vas mañana, ¿no?

–Sí –respondió mirando el mensaje de Matt que acababa de llegarle al móvil:

"Que sí, que ya estoy, te espero abajo".

–Oye, mi hermano acaba de llegar, está abajo. ¿Te vienes? –Le ofreció– Vamos a seguir esperándole fuera, con un poco de suerte nuestro padre se da por aludido y sale antes.

Yung estaba tentado a responderle que no debido a la incomodidad del asunto, ya que intuía que a TK no le caía demasiado bien, pero la broma hizo que no se lo pensara demasiado y, no sabía por qué, pero bajó con él.

Frente al edificio estaba Matt sentado en un banco. Tenía la atención puesta en algo que había en su móvil, pero no parecía divertirse demasiado. Al alzar la cabeza y encontrarse con TK y Yung, se guardó el móvil en el bolsillo y saludó a los chicos, que se sentaron a su lado.

–¿Tienes ganas de irte?

Su hermano menor lo miró con una ceja arqueada y él le respondió con una sonrisa.

–Sabes que no.

–¿Y mamá?

–Creo que tampoco le gusta la idea –miró al frente–. Parece que se esté mentalizando de que es lo mejor y lo único que podemos hacer.

Takari: A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora