Noviembre | Momiji

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Sora e Izzy colocaron los manteles sobre el césped mientras Matt y Tai comenzaban a sacar los obentō de sus respectivas bolsas para repartirlos por encima. TK se había percatado de la mirada de Tai cuando abrazó a su hermana, y lo conocía lo suficiente como para saber que había sospechado cosas que ni él ni Kari querían que notase.

–Voy a mandarle una foto de la comida a Mimi –dijo Sora.

–¿Y tú tienes el emblema del Amor? –La acusó Tai– Eres cruel.

–Me la pidió ella.

–Es masoquista –intervino Matt.

Sora fotografió la comida perfectamente colocada con su móvil y se entretuvo mandándole mensajes a su amiga, que estaba en Estados Unidos a punto de irse a dormir.

"Acabo de cenar y ya tengo hambre de nuevo, jo. Quiero estar allí. YA.", le decía.

"Pues ven rápido o Tai se lo comerá todo."

TK estornudó y Kari apoyó una mano en su brazo, mirándolo como si quisiera descubrir lo que necesitaba para mejorar su resfriado. El chico le sonrió y se quedaron mirándose unos segundos, pero al notar la mirada de Tai pendiente de ellos, desvió los ojos al suelo y se rascó la cabeza.

–Por ahí viene Joe –sonrió Yolei alzando bien el brazo para que los viera.

El chico de pelo azul ojeó a las personas que había congregadas en el suelo con sus manteles hasta que vio por fin el brazo de Yolei y respondió de la misma forma. Le dio la mano a la chica de pelo negro que tenía al lado y juntos se acercaron a sus amigos. Cuando llegaron, dejó la cesta de picnic junto a las demás cosas y se sentaron con ellos.

–¿Has traído más comida? ¿Puedo ver? –Preguntó Yolei ilusionada.

–Pues claro, es para todos. Algunas cosas las ha preparado Setsuko.

–Setsuko, te amo –le dijo Tai uniéndose a la investigación de Yolei.

–¿Y a mí no me dices nada?

–No te pongas celoso, Joe. A ti también te amo.

El chico suspiró con pesar recibiendo risas de parte de todos. Sora comenzó a contarle a Setsuko anécdotas de cuando Joe era un niño mientras Izzy le iba recordando algunas más y el aludido se sonrojaba y corregía algunas versiones. Yolei escuchaba atenta, deseando conocer más historias acerca de la primera aventura de los niños elegidos en el Mundo Digital que tanto añoraba, mientras que Matt y Kari se burlaban de Tai y de aquellas cosas en las que parecía el hermano menor en lugar del mayor. TK, por su parte, miraba la comida con el estómago revuelto y los pies y las manos fríos. A pesar de eso, sentía el torso ardiendo y tenía calor, pero no podía dejar de temblar. Se metió las manos en los bolsillos de la chaqueta y alzó los hombros para que el frío no se le colase a través del cuello.

–Por cierto, ¿y los demás? –Preguntó Joe al cabo de un rato.

–Ken tuvo que irse a comer con sus padres y el jefe de su padre –explicó Yolei– y Cody dijo que ya tenía planes.

–A Davis no le apetecía –añadió Kari ocultando lo mucho que le dolía.

TK la miró de reojo a través del cuello de la chaqueta.

–¿Te encuentras mal? –Lo miraba su hermano.

–¿Estás preocupado por mí? –Sonrió.

Matt frunció el ceño.

–¿Me ves preocupado?

–Pero si te estás muriendo por mandarlo a la cama –se burló Tai.

–Cállate.

Takari: A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora