Cody se despertó temprano y se dirigió a la cocina para preparar café y algo de comida para llevarse a la excursión que haría con Aru. No sabía por qué había preparado café si él nunca tomaba café, pero se excusó diciéndose a sí mismo que necesitaba desperezarse. Salió de la cocina mientras el arroz se iba cociendo y la cafetera se ponía en marcha y se encontró de bruces con un anciano que casi le hace gritar del susto.
–Abuelo...
–¿Se puede saber qué haces despierto tan temprano?
–Tengo que preparar la comida para llevarla hoy al Momiji. Le dije a Aru que no se preocupase por eso.
El hombre lo miró durante un momento con expresión seria y Cody bajó la cabeza, fijándose en sus zapatillas de andar por casa en forma de osito marrón. A veces le costaba comprender que, aun con aquellos detalles que le gustaban tanto, intimidase de esa manera.
–Dime una cosa, Cody. ¿Esa chica te gusta?
Alzó de nuevo la cabeza y entreabrió la boca con un rotundo "no" preparado para salir, pero la volvió a cerrar. Era incapaz de mentirle a su abuelo.
–¿De verdad tenemos que hablar de esto? –Bajó la voz.
–No, si no lo necesitas.
Se obligó a sostenerle la mirada, pensando en si realmente necesitaba hablarlo o no. Notó el cambio en la expresión de su cara arrugada.
–¿Eso es café? Qué bien huele –y se marchó a la cocina dejando a Cody metido en sus pensamientos.
Se estaba haciendo daño. Se estaba hiriendo a sí mismo al ayudar a Aru en todo lo que estuviera en su mano, aun sabiendo que a ella le gustaba TK y que, posiblemente, solo estuviera con él precisamente porque era amigo de TK y porque la ayudaba en todo. Era como si supiera que el chocolate le sienta mal y aún así no pudiera evitar comer un poco cada día porque le encanta su sabor.
Se obligó a dejar el tema de lado y regresó a la cocina para comprobar que el arroz estuviese listo.
Llegó quince minutos antes de la hora acordada a la estación de autobuses y compró los billetes de ida y vuelta. El ambiente parecía más cálido que el día anterior y, sin embargo, había más humedad. Por suerte se había traído dos paraguas pequeños y ropa de sobra por si les entraba frío.
Aru apareció a en punto, como imaginó que pasaría. Seguramente había calculado la hora exacta a la que debía salir de casa para llegar puntual y no pudo evitar preguntarse por qué quería que le diera clases de matemáticas cuando era evidente que estaban en su naturaleza. Llevaba puesto un gorro de lana blanco cubriéndole el pelo castaño y parecía que pudiera mimetizarse con el tono de su piel, pero se le olvidó todo en cuanto le sonrió, mostrándole aquellos perfectos dientes también blancos. Estaba feliz.
Subieron al bus y tardaron más de dos horas en llegar. Durante el viaje, Aru le cedió uno de sus auriculares y le enseñó algunas de sus canciones preferidas. Cody las escuchó con atención, pero eran las mismas que solía escuchar la gente de su edad por cuestiones de moda y terminó ignorando sus letras, que en más de una ocasión resultaban excesivamente dulzonas y machistas. Durante un rato dejó que el aleatorio de su móvil reprodujera la canción que quisiera mientras ella tarareaba las letras que se había aprendido a la perfección y ambos miraban el paisaje a través de la ventana. La última canción, que hablaba de la preciosa chica sin nombre que había conocido bailando la noche anterior terminó, y una melodía completamente distinta a las que habían escuchado hasta el momento invadió los oídos de ambos. "When the streetlights come on and the fireflies flicker, I am wal..." y Aru detuvo la canción con rapidez. Cody miró el móvil y la miró a ella. El ligero tono rosado habitual de sus mejillas se había intensificado, y estaba seguro de que sus orejas debajo de aquel gorro de lana se habían teñido del mismo color.
ESTÁS LEYENDO
Takari: A pesar de todo
FanfictionDigimon: Takari (TK y Kari). Takari más leído y votado de Wattpad. © Año 2007. Kari tiene dieciséis años y acaba de comenzar su penúltimo año de instituto. Parece que todo se desarrollará sin contratiempos, como siempre, pero pronto empieza a darse...