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Jueves. En tres días terminaba la primera semana del campamento y Seulgi solo deseaba que las semanas que faltaban pasaran rápido. Su rutina los cuatro días pasados había sido la misma: desayunar, dar una vuelta por el campamento, dar su clase, almorzar y luego pasarse lo que restaba del día en su cabaña escribiendo un guión para un drama, el cual debía entregar al entrar a la universidad en unos meses. Pero su inspiración era casi nula. En lo único que pensaba era en lo genial que debía de estar pasándosela su familia en Alemania. ¿Pero cómo podían hacerlo cuando faltaba un miembro de la familia? ¿No la echaban de menos? ¿Estaban feliz con tal de que ella estuviera encarcelada en ese campamento sin wifi y casi sin señal para su celular?

Seulgi suspiró y dejó de lado su cepillo del pelo para luego seguir a sus dos compañeras de cabaña e ir a ver a Hoyoon, la cual había citado a todos los monitores antes del desayuno.

Al entrar todos los chicos ya estaban ahí. Hoyoon les deseó los buenos días con su gran sonrisa de siempre.

─Solo los he llamado para informarles que. . . ─hizo una pequeña pausa─, tres personas más se unirán al equipo.

Todos fruncieron el ceño. El equipo estaba bastante completo, ¿para qué tres personas más?

─Llegarán esta tarde y quiero que todos ─hizo énfasis en la última palabra mirando fijamente a Seulgi─, estén presentes para recibirlos. ¿De acuerdo?

─Sí, Hoyoon sunbaenim ─todos respondieron.

Después de la información todos se dirigieron al comedor a desayunar y luego comenzar con sus clases.

Las horas pasaron bastante rápido y casi a las cinco de la tarde Hoyoon les avisó que los otros integrantes del equipo ya estaban por llegar. Las clases de baile terminaron unos minutos antes y los trainees fueron a hacer otras actividades como a jugar baloncesto, voleibol, canotaje en el lago que estaba en el campamento, etc., mientras otros monitores los supervisaban.

Esperaron por dos minutos en la entrada del campamento hasta que un auto negro apareció y se detuvo enfrente de ellos.

─¡Ya están aquí! ─exclamó Hoyoon feliz mientras aplaudía. Los demás rieron un poco mientras que Seulgi solo hizo una mueca.

La chica se encontraba detrás de ellos, apartada, marginándose como había estado haciendo desde que llegó. La puerta trasera del auto se abrió y un chico salió de él, siguiéndolo otro chico. Todos los chicos que estaban ahí para recibirlos gritaron de la felicidad al ver a sus amigos, cuando de pronto. . , Seulgi gritó al ver a la persona que menos se esperaba saliendo del auto. Corrió hasta su prima y prácticamente saltó hacia ella, abrazándola con fuerza mientras lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

Todos menos Hoyoon se quedaron en shock al ver la reacción de la chica fría.

─¿Qué haces aquí? ¿Huh? ─le preguntó a Irene aún abrazándola. Irene entonces notó las miradas extrañas de los demás y rió un poco.

─Sorpresa ─respondió y Seulgi se separó de ella. Irene sonrió tiernamente y le limpió las lágrimas del rostro─. Sabía que te haría feliz verme pero no que llorarías ─Seulgi no respondió y solo la abrazó otra vez. Su mejor amiga al fin estaba con ella, la persona que más necesitaba en esos momentos.

Mientras tanto, los demás trataron en olvidar a las dos chicas y saludaron a sus amigos. Hoyoon entonces les pidió a todos que la siguieran a su oficina para hablar. Seulgi e Irene caminaron hacia allá del brazo mientras los demás las seguían.

SM Trainee Camp {EXO & RedVelvet}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora