#10: Sorprendida

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     Llegue con West a mi apartamento.  Salimos del auto mientras hablamos cosas sin mucha importancia.  West me abrió la puerta del edificio como todo un caballero; entre.  El recepcionista nos saludó.

-Buenas tardes. -dijo.

-Buenas tardes, Sr. Lín. -dijimos al unísono.

-Le dejaron algo. -dijo.

- ¿A mí? -pregunte incrédula.

-Si a usted. -dijo mientras buscaba.

-Voy a subir. -dijo West,

     Yo sólo asentí.  West tenía una copia de la llave por cualquier emergencia.

-Oh wow, ¿quién? -dije al verlo.  Era hermoso.

-Aquí dejaron una tarjeta. -dijo; era cierto.

     La saque del sobre pequeño en el que estaba y pude ver una letra hermosa.  Era diferente me gustaba.  Decía "Unas flores hermosas y sofisticadas para una mujer igual.   Un peluche para esa hermosa criatura que está en camino.  Pero mientras todo para la futura madre.  Espero que me recuerdes como yo lo hago."
-S.

-Aw, ya se quien fue. -exclame.

-Si ¿quién? -pregunto curioso.

-West, ¿sino quien más? -dije obvia.

- ¿El joven West?, no fue. -lo interrumpí.

-Gracias. -dije y subí.

-Pero. -intentó decir, pero ya era muy tarde.

     Subí directamente a mi apartamento, me encantó el regalo.  Tenía que agradecerle a West por el hermoso regalo.  Era algo especial.  Nunca me habían regalado algo así, de verdad me hizo sentir querida.  Al llegar a la puerta no tuve que buscar mi llave para abrir porque siempre que West subía primero dejaba la puerta sin seguro para mí, además ahora era de una gran ayuda porque con este ramo y este inmenso oso no iba a poder buscar las llaves y abrir la puerta.  Entré y puse el oso junto con el ramo en el piso de la sala y busqué a West.

- ¿Dónde estás? -pregunte al entrar.

-En la cocina. -contesto

-Me encanto, gracias. -agradecí emocionada.

- ¿De qué hablas? -pregunto perdido.

-Del regalo que me hiciste. -dije obvia; ¿porque preguntaba?

- ¿Qué regalo? -pregunto más perdido.

-El que le disté a Lin. -dije.

-No yo no te eh regalado nada. -dijo seguro.

-Pero, y ¿esto? -pregunte mientras le enseñaba.

-Em yo no fui. -dijo.

-Pero lee la tarjeta.   Dice Futura madre y tú eres el único que me dice así. -se la di.

-No fui yo, además está firmada por S.-dijo después de leerla.

- ¿Y?  Pues no sé quién es. -dije.

- ¿No conoces a nadie que su nombre empiece con S? -pregunto.

-Em no que me acuerde, además no mucha gente sabe de mi embarazo. -dije después de pensar.

-Eso si, no me puedo quedar.  Piénsalo y después cuando sepas me llamas. -dijo apresurado después de haber mirado el reloj que tenía en el brazo.

- ¿Para dónde vas? -pregunte curiosa.

-Voy a salir con Titch y su hermana. -dijo sonriendo.

-Oh, ¿tu chica? -pregunte mientras le hacía cosquillas.

-río-Si así se le puede decir, pues sí.  Llámame si necesitas algo ¿ok? -dijo mientras besaba mi mejilla.

-Ok, adiós. -lo abrace.

-Nos vemos. -salió del apartamento.

     West se fue y me quede sola. La única diferencia es que ahora tenía dudas.  Si no fue West ¿quién pudo haberme regalado eso?  No me acuerdo haber conocido a alguien que su nombre empezara con S.  Estaba sorprendida si no fue West quien se tomó la molestia en comprarme algo y traerlo hasta acá.

     Guarde todo lo que recién había comprado, puse el ramo en un envase con agua en la mesita de noche que se encontraba al lado de mi cama y coloque el oso en la cama en lo que pensaba que podía hacer con él.  Estaba cansada.  Me acosté en la cama, quería descansar, aunque fuera por algunos minutos.

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     Algunos minutos resultaron ser horas.  Cuando abrí los ojos noté que estaba abrazada a el oso como sí mi vida dependiera de eso.  Era raro que durmiera tan bien, el embarazo no era fácil.  Dormía si, pero de a poco no corrido como acababa de hacer hace poco.  El oso era cómodo.  A quien quiera que me lo haya regalado; gracias.  Sería mi nuevo acompañante en la cama.

     Todavía no había anochecido, era tarde pero no de noche.   Limpié un poco y me puse a prepararme algo de comer.  Quería lasaña y bizcocho.  Saque todo el ingrediente necesario para la lasaña, el bizcocho ya lo tenía en el refrigerador.  Tarde un poco, pero valió la pena.  Comí y me senté a ver una película.  Tan pronto se acabó la película recogí todo y limpié todo lo que había ensuciado.  Me acosté en la cama.  Estuve pensando un poco hasta que me quedé dormida.

-Te amo. -

-Yo también te amo. -

     Sus brazos me rodeaban en un abrazo prometedor.  Sabía que a través de esto estaba diciendo muchas cosas.  Que me amaba, que me protegía, que estaba orgulloso de mi y muchas cosas más.  Era agradecida de tenerlo a él en mi vida.  Porque de todo lo que sentíamos el uno del otro era lo que de necesitaba para una relación sana.  Segura y próspera.  Estuviéramos donde estuviéramos, fuera juntos como separados, significábamos mucho para el otro.  Esto no era una relación pasajera, era una de las que marcaba para toda la vida.

     No necesariamente tenemos que estar juntos para siempre, porque algunas decisiones eran necesarias o inmaduras en algunas circunstancias y sólo quedaba aceptar, aunque duela.  Por eso lo amaba ayer, hoy y con esperanza mañana más que ayer y hoy.

-No me olvides. -

-Nunca. -

     No me levanté sudando ni agitada, porque era un recordatorio de una vieja promesa.  Que hoy en día no había roto.  Al contrario, me levanté con paz.  Porque sabía que, aunque doliera o me negara todo pasa por algo.  Nuevamente me encontraba abrazada a el oso.  Me levanté y busqué ropa limpia.  Entré al baño e hice mi rutina diaria.

     Cuando salí ya estaba vestida y peinada.  Me había puesto un traje azul con el cual se notaba mi embarazo.  Unas sandalias crema y había dejado mi pelo suelto y natural.  Fui hasta la cocina y pique un poco de frutas, me las comí y me fui después que busque mi bolso.  Iba a volver a buscar trabajo durante la mañana y por la tarde iba a visitar a Robin.

Todo Pasa Por Algo (AV #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora