Todo Pasa Por Algo (AV #1)

#22: sábado

M

e desperté por el sonido de la alarma, la apague, pero me quede acostada. ¿De verdad quería ir? Ya no podía pensar en eso anoche había tomado una decisión y ya había confirmado, tengo que ir o tengo que ir.    Me levanté y caminé hasta el baño. Después de quitarme la ropa entré a la ducha. Cuando termine de quitarme todo el jabón y lavarme el pelo, me quede debajo del agua un rato más, estaba rica.

Vi que se estaba arrugando la piel así que decidí salir. Me envolví en una toalla y caminé hasta la habitación para buscar que ponerme. Busque y vi un traje veraniego de color verde menta con líneas doradas, lo saque y después de ponerme la ropa interior me lo coloque. Me seque el pelo y me lo deje al natural, me puse unas sandalias doradas y busque un pequeño bolso viajero dorado y guarde todas las cosas que considere necesarias.

Salí del cuarto y me encaminé hasta la cocina para prepararme desayuno. Estaba muy contenta de que ya había pasado la parte del embarazo donde siempre tenía náuseas. Solamente me daba de vez en cuando, era rara la vez. Me prepare unos pancakes con mucha Nutella y fresas. Cuando termine lo lave. Todavía Stephan no se había comunicado conmigo, así que tenía que esperar. Fui hasta la sala y encendí el radio, mientras me sentaba en el sofá a esperar.

Alrededor de quince minutos después me llego un mensaje de Stephan "Estoy llegando." Apague el radio y verifique que todo estuviera en orden para poder irme. Cuando vi que todo estaba bien, salí, cerré la puerta con llave y empecé a bajar. Cuando llegue abajo salude al Sr. Lin.

-Buenos días. -salude.

-Buenos días, Soraya ¿cómo estás? -pregunto sonriendo.

-Bien y ¿usted? -conteste.

-Bien, un poco cansado, pero gafes del oficio. -dijo.

-Me imagino. -replique.

- ¿Hoy tienes cita? -pregunto interesado.

-No voy a salir con un amigo, que ya llego. -dije cuando vi el auto de Stephan estacionarse.

-Oh, pues que disfrutes. -dijo.

-Gracias, nos vemos. -me despedí.

Salí y me acerqué hasta el auto de Stephan.

-Hola, ¿cómo estás? -saludo.

-Bien y ¿tu? -salude.

-Bien, pues ¿vamos? -pregunto mientras señalaba el auto.

-Vamos. -afirme.

Stephan me abrió la puerta, le agradecí y subí. Él le dio la vuelta al auto y subió. Prendió el auto y el radio. Estuvimos todo el camino en silencio solo con el sonido de la música de fondo. Cada vez nos alejábamos más de lo conocido para mí, es cierto que no eh salido a mucho desde que llegue, pero definitivamente esto no lo conocía. Las casas eran inmensas, parecían mansiones. Más nos acercábamos más conformaban que era una mansión.

-Llegamos. -dijo como si ya no fuera obvio.