Capítulo Tres

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Había tenido mi primera conversación verdadera y se había sentido bien. Haberme relacionado de una buena forma con Logan me hizo sentir mejor porque aunque nunca había tenido amigos podía sentir que necesitaba de uno y Logan era un excelente candidato para serlo. Y sé que Beau hubiese pensado lo mismo.

       —Buenos días, Delilah —escuché por detrás y moví la puerta del casillero, donde el espejo dejó ver la gran sonrisa de Logan.

       —Hola Logan, buenos días.

       —Ayer me contaste cuanto extrañabas las conversaciones y pensé que te haría bien tener un amigo.

       —Estaba pensando exactamente lo mismo.

       —Bien, te invito a pasar el almuerzo conmigo y mis amigos, les vas a caer bien.

       Y quizás este año de escuela no sería como los anteriores, quizás sí lograría tener amigos.

       —Gracias —fue lo único que fui capaz de decir.

       —Nos encontramos aquí a la hora de almuerzo.

       Y se fue. Y yo caminé a mi primera clase del día: Filosofía.

       Por primera vez agradecí que mi hermano fuese un enamorado de la filosofía, porque no me sentía perdida en la clase. Cuando el profesor habló de Kant, supe todo lo que explicaba, recordando la manera en que mi hermano lo hacía mientras cenábamos, esperando que cada uno diera su punto de vista. Llegaba cada mes con un nuevo filosofo, ya sea Platón, Aristóteles, Kant, Sócrates, entre otros.

       Recordaba perfectamente una alegoría, la de Platón, la que había logrado tener mi atención más que las demás y la cual habla de la situación en que se encuentra el ser humano respecto con el conocimiento y como con éste podemos captar la existencia de dos mundos, el sensible, que se trata de los sentidos y el inteligible, el que se usa con respecto a la razón. Es una alegoría fascinante, recuerdo que el día en que mi hermano me habló de ella lo primero que hice fue una búsqueda en la red y pude comprenderla mejor de esa forma.

       La hora de almuerzo llegó antes de lo que me imaginé. Después de la clase de filosofía me quedé charlando con la profesora Keller, a quien encontré encantadora, una mujer muy inteligente y culta. Tuve una hora de química y después otras dos horas de historia, materia que no me desagradaba pero que tampoco era de mis favoritas.

       Esperé a Logan en mi casillero. Y pude notar como las miradas seguían en mí, siete de diez personas volteaban su cabeza para verme. Las chicas solían mirarme con algo de pena y luego murmuraban algo sobre mi ropa y lo mal que me vestía, pero cuando se trataba de ropa y moda, no me importaba lo que hablaban.

       Vivir en este mundo rodeada de millonarios me hacía sentir náuseas pero al menos había encontrado a alguien que no fuera como todos los demás y se acercara más a lo que soy yo.

       —Perdóname, me atrasé —Logan llegó hasta mí con la respiración agitada.

—No te preocupes, ¿estás bien?

—Sí, vengo de la clase de educación física, puedo ser excelente en literatura y otras materias, pero detesto educación física, tuve que hacer cinco minutos extra en la pista por haberme detenido —puso los ojos en blanco encogiéndose de hombros.

Reí ante su mueca y me encogí de hombros al igual que él.

—Vamos, muero de hambre —dijo al recuperar el aliento.

Se sentía bien estar en compañía y en el momento que entré al casino todos volvieron a mirar, si así iba a ser el resto del año creo que debía acostumbrarme.

Buscamos nuestros almuerzos, el casino ofrecía puré de papas con un pollo a la plancha y de postre jalea de frutilla, todo se veía delicioso y comer algo de verdad sonaba bien.

Seguí a Logan hasta su mesa y al llegar a ésta me encontré con otras tres personas. Se veían igual de agradables que él. Al estar frente a la mesa las tres miradas se dirigieron a mí.

—Chicos, ella es Delilah Schneider y la invité a comer con nosotros —me presentó Logan y se sentó entre los chicos, invitándome a que me sentara a un lado de él.

—Delilah, un gusto, yo soy Ellen… Ellen Page, como la actriz de Juno, puedes molestarme y decirme Juno, ya me acostumbré —se presentó la chica que estaba al otro lado de Logan.

Ellen tenía un cabello espectacular, largo y lacio de color marrón con las puntas dos tonos más claro. Su nariz era perfectamente respingada, tan respingada que llegué a pensar que era operada, y tenía un estilo de moda del que uno vería en las revistas como Vogue y al igual que Logan, siempre vestía una sonrisa. Comos los envidiaba.

—Yo soy Neil, te haría una broma como: ¡Hey, soy Neil Patrick Harris como el actor! Pero no, haría sonar a Ellen como si lo de ella ya fuera una broma, soy simplemente Neil.

Aunque la broma de Neil no fue broma me hizo reír. Al contrario de Logan, Neil tenía el cabello castaño claro, los ojos verdes y grandes músculos, llevaba una camiseta apoyando al equipo de la escuela, lo que me dejaba claro que era un fanático de los deportes.

—Y yo soy Jared —se presentó el último chico. Usaba unas lentes al estilo Harry Potter y era demasiado delgado, su rostro estaba lleno de pecas y su cabello castaño era alborotado.

—Es un gusto chicos, espero no molestarlos.

—¡Para nada! —exclamó Neil bebiendo de su bebida. —Estamos felices de que alguien más se nos una, además a Ellen le hacía falta una chica con quien hablar sobre moda y maquillaje.

Le hacía falta una chica… una chica que sin duda no era yo.

—O le hace falta una chica a quien le enseñe a hablar sobre eso —admití esbozando una sonrisa.

El almuerzo fue agradable. Los chicos me hicieron sentir cómoda, me hicieron todo tipo  de preguntas y jugaban entre ellos contando diferentes anécdotas. Y después de ocho años por fin me sentía a gusto en la escuela. Ellos me veían como una persona normal, no era la hermana del que se suicidó, era simplemente yo, Delilah.

—Soy el tutor de Delilah en literatura —explicó Logan cuando le preguntaron cómo me había conocido.

—¡No! —exclamaron los tres al mismo tiempo, riendo luego.

No los entendí.

—Te llenará de aburrimiento —dijo Ellen.

—Ni siquiera hemos empezado, no le darán ganas de que le haga clases si les dicen eso —Logan fulminó a los tres con su mirada.

—Necesito tutores urgente, y si tengo que morirme de aburrimiento, bueno…así será.

En la Oscuridad y la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora