Capítulo Veintidos

1.3K 111 1
                                    

Mis manos no dejaban de moverse, estaba tan nerviosa y con cada minuto que pasaba sentía más nervios.

       —Es ahí —dijo Logan apuntando una casa que se encontraba casi en la punta de un cerro, se veía grande, no, enorme y mucho movimiento.

       Increíble. Mi casa llegaba a parecer una simple habitación en comparación a la de sus abuelos, ¿realmente vivían ahí?

       Me quedé en silencio hasta que él aparcó tras una fila de autos de último modelo. Mierda, sí que eran todos millonarios aquí.

       Genial.

       Tragué saliva esperando no volver a sentirme como el bicho raro.

       —Tranquila bonita —dijo Logan dedicándome una sonrisa antes de bajarse.

       Me sorprendí en cuanto noté que un señor alto y de bigote me abrió la puerta, estirándome la mano para que así yo bajara.

       Y comenzaba el show…

       Una música se escuchaba desde el patio interior de aquella casa (la cual me gustaría llamar mansión), la fila de autos era mucho más larga de lo que había visto y sin duda alguna todos los autos eran de los más caros, a excepción del auto de Logan.

       —Muchas veces me han ofrecido ese BMW —murmuró Logan al estar ya a mi lado.

       —Es lindo —dije.

       —Pero no para mí —sonrió de lado y tomó mi mano haciendo que subiéramos los escalones para así llegar al interior de la casa.

       No tenía palabras, parecía una de esas casas salidas de los reality shows que pasaban por la televisión.

       ¿Qué hacía yo ahí? Era la pregunta que se repetía una y otra vez en mi cabeza. No, no, no quería estar ahí.

       Demasiado tarde.

       Una señora de cabellos grises, cuerpo esbelto, ropa elegante y de unos sesenta años muy bien mantenidos se acercó con una amplia sonrisa. Ella debía ser la abuela de Logan.

       —¡Mi querido! —habló con un acento francés —Te ves adorable.

       —Hola abuela —saludó Logan con una tierna sonrisa, sin soltar mi mano.

       —¿Y esta dulce muchacha?

       —Ella es Delilah Schneider, mi novia —aclaró y me presentó.

       La señora me miró como si estuviese examinándome, lo que hizo que me sintiera algo incómoda por unos segundos. Quizás debí escuchar más a mi madre y vestirme incluso más elegante.

       —Un gusto Delilah —murmuró y esbozó una sonrisa, acercándose luego para darme un apretado abrazo.

       —Lo mismo digo, señora.

       —Oh, no, por favor, simplemente dime Claire —volvió a sonreírme —Pasen, tu familia te está esperando, Logan.

       La mujer… digo, Claire se acercó a Logan y murmuró algo en su oído, Logan se quedó quieto casi sin moverse y no pude entender el porqué. Asintió débilmente y aclaró su garganta para luego darme una mirada y sonreírme, como si estuviese diciéndome que todo saldría bien. No le entendí pero respondí la sonrisa, dejándome llevar por él.

       Los pasillos estaban decorados aún con mucha navidad, lo que me gustaba y le daba un lindo toque a la casa. Logan me llevó al patio y quedé perpleja ante cuantas personas habían en ese inmenso jardín.

       Volví a revisar mi atuendo, comparándolo con el de las demás personas, sí, estaba bien, ni tan formal ni tan casual.

       —¡Logan! —se escuchó la voz de Francesca y rápidamente ella se dirigió a nosotros. —¡Delilah! —exclamó y me dio un fuerte abrazo. —¡Qué bueno que llegaron! Con Percy ya estábamos aburridos —hizo una mueca y caminamos hasta una mesa llena de aperitivos, la mesa en donde se encontraba Percy buscando comida.

       —¡Hermano! —Logan llamó la atención de Percy y este sonrió al verlo frente a él. Se dieron un abrazo y se saludaron efusivamente. Como ya lo sabía, Percy era una especie de modelo a seguir para Logan.

       —Delilah, ¿cómo estás? —Percy me saludó y luego me miró. —Te ves increíble.

       Le dediqué una tímida sonrisa y Logan se acercó a mí, posando una mano sobre mi hombro.

       —Gracias Percy, digo lo mismo.

       Me alejé un poco para así ir en busca de comida. Moría de hambre, así que aproveché de comer todo lo posible. Nunca nadie me había enseñado a comportarme como una “dama” y realmente tampoco me importaba, yo solo le hacía caso a mi estómago que me pedía a gritos más y más comida.

       —¡Logan! —la voz de una anciana, quien suponía sería la otra abuela de Logan, se escuchó fuerte a mis espaldas. Me giré sobre mis talones y observé la escena. Esta anciana sin duda alguna era la madre del padre de Logan, tenían exactamente la misma nariz y labios. Su cabello era rubio, aunque claramente teñido para ocultar las canas. Se encontraba vestida muy formal, con un vestido negro que quedaba muy encajado a su cuerpo. Esta abuela de Logan sí que se cuidaba o realmente se había operado muchas veces.

       —¡Abuelita! —Logan la saludó con uno de sus abrazos.

       —Eh, eh, ¿qué te he dicho? —la señora lo fulminó con la mirada.

       —Lo siento. Chelsea —se corrigió Logan riendo.

       Definitivamente era una de esas ancianas que no querían aceptar su edad.

       —Mira quien llegó —dijo su abuela, llevándoselo sin siquiera darle tiempo de presentarme.

       Me encogí de hombros y volví a concentrarme en el canapé que me estaba comiendo y en lo delicioso que estaba.

       —Ay, no… —escuché a Francesca murmurar, más para ella que para Percy o para mí.

        —¿Qué pasó? —dije volteándome para ver hacia donde miraba.

En la Oscuridad y la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora