Capítulo 2

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Ok, ¿qué estaba pasando?

Ashley siguió quejándose con mi mamá mientras yo tenía la mirada clavada en la pantalla del teléfono.  Me costaba procesar lo que estaba pasando. O lo que creía que estaba pasando.

Eso es... Tal vez era todo producto de mi imaginación. Me tomé un segundo para intentar entender la situación: Ashton estaba en una banda, las bandas tienen fans y admiradoras, esas fans y admiradoras siempre se acercan a ellos para tomarse fotos y conocerlos... Si, probablemente estaba imaginando cosas. Así como me conoció a mi ese día, pudo haber conocido cincuenta chicas más. 

Intenté no llenar más mi cabeza con pensamientos sin sentido, ya tenía muchas otras cosas en qué preocuparme. Ayudé a mi mamá con la cena y dos horas más tarde estaba de nuevo en la cama. La noche pasó rápido y sin inconvenientes, intenté recuperar todo el sueño que había perdido por la seguidilla de exámenes que había tenido esa semana. Gracias al cielo mañana era viernes. 

7am estaba despierta nuevamente. Sonó mi alarma como todas las mañanas, pero no me costó mucho levantarme. Me cambié y bajé a desayunar, al igual que Ashley. 

-Si el chico este sigue twitteando así, me va a matar -comentó con su típica voz mañanera. 

Me acerqué a ella inquieta, y miré de reojo la pantalla de su IPhone. 

Ashton Irwin @Ashton5SOS

Tal vez hoy tenga suerte. 

'Nada de qué preocuparse' pensé para mí misma. No había ya algún tipo de relación conmigo en ese tweet, por lo que mis dudas terminaron de despejarse. No se refería a mi en sus tweets anteriores, y en todo caso ¿por qué lo haría? ¿No?

Una hora más tarde, dejé a Ashley en el colegio y me dirigí a la facultad. Por suerte era un día corto, y las materias que tenía eran bastante llevaderas. Nada de exámenes ni trabajos, sólo cuatro monótonas horas de escuchar a profesores aburridos y sería libre por el fin de semana. Me prometí a mi misma no estudiar esos dos días, necesitaba un descanso. 

-¡Kate! -escuché detrás mio mientras subía las eternas escalinatas de la Universidad. Un par de brazos se enroscaron en mi cintura, y sentí un húmedo beso en mi mejilla. Volteé para encontrarme con la típica sonrisa inborrable de uno de mis mejores amigos. 

-Hola Jake -sonreí abrazándolo. 

-¿Cómo te fue ayer? 

-Horrible -dije riendo.

-No te creo, siempre te va bien -contestó mientras ambos cruzábamos la enorme puerta de la facultad. Jake y yo nos conocimos en el colegio, pero nunca nos prestamos mucha atención. Ahora que ya teníamos casi un año en la Universidad juntos, nos llevábamos de lo mejor. 

-¿Tenemos clase juntos hoy? -pregunté mientras revisaba mi teléfono.

-Hoy no, pero ¿qué te parece si almorzamos juntos y nos ponemos al día? Al fin soltaste un poco los libros, deberíamos festejar -dijo haciendo una mueca chistosa. 

-¡Claro! -le di un beso en la mejilla y me despedí. Jake era el tipo de chico que tenía todo lo que quería, siempre. Nadie podía decirle que no. Tenía cabello rubio y corto, unos ojos preciosos, y una personalidad dificil de ignorar. Se manejaba con una gracia impecable ante la vida, y era querido por quien se cruce con él. Sociable, divertido, agradable, ¿a quién podría caerle mal?

Ojalá hubiese sido tan sensillo para mí caerle bien a todo el mundo. Mi personalidad era completamente diferente a la suya: yo era retraída y seca, difícil y generalmente muy malhumorada. Era casi imposible sacarme un "Te quiero", y mi idioma faovrito era el sarcasmo. Tal vez por eso nos llevábamos tan bien, él me sacaba de mi zona cómoda, hacía salir lo mejor de mí.  

-¿Williams? -la voz de mi profesor tomando asistencia cortó el hilo de mis pensamientos. 

-Yo, acá -tartamudeé bajando a la realidad. 

Las cuatro horas siguientes fueron eternas. Hubiese querido que la mañana pasara más rápido, pero no. Lo único en lo que podía pensar era en no hacer nada durante todo el fin de semana, sólo escuchar música o leer algún libro, no salir de mi casa. Al fin y al cabo, merecía un descanso.

Luego de un par de horas, en las que me limité a tomar apuntes innecesarios y a divagar completamente, la mañana terminó. Sentí un alivio increíble cuando salí del salón. Tomé mi teléfono y le mandé un mensaje a Jake para saber a qué hora salía. Tendría que esperarlo una hora para luego irnos a almorzar, así que decidí ir a una librería de la zona a comprar un libro que tenía ganas de leer hacía bastante, y de paso ver si había algún otro que me llamase la atención.

Comencé a bajar por las escalinatas cuando noté a alguien sentado en ellas más adelante que yo,  tocando en guitarra una canción que no supe reconocer. Me gustaba mucho ver gente en la calle haciendo arte, de cualquier tipo, simplemente lo encontraba gratificante. Noté también que la funda de su guitarra estaba abierta en el piso, por lo que supuse que podría colaborar con algo de plata, y así me dispuse a hacerlo. Cuando pasé por al lado suyo me incliné para dejar caer un billete, pero al alejarme sentí que alguien me tomaba del brazo. 

-¿Qué crees que haces? -me dijo el desconocido. Volteé para encontrarme, para mi sorpresa, con Ashton. Sonreí incrédula ante la situación.

-Pensaba colaborar con el arte. -sonreí- ¿Dónde está el resto de tu banda? -pregunté haciéndole burla. 

-Donde tendría que estar yo, ensayando. -se paró, guardó su guitarra, y se quedó mirándome, esperando una respuesta. Todo hubiese sido más sencillo si no sonriese tanto, me distraía. 

-¿Y por qué no estás con ellos? 

-Por dos razones, -soltó una risita corta antes de continuar hablando- primero, pienso que deberíamos terminar nuestro café de ayer. Y segundo, te olvidaste de algo.

De repente noté la cercanía entre nosotros dos, ¿en qué momento se había pegado tanto a mí? No es que me molestara claro, era lindo y... No, no, no. No debía caer en eso. 

-¿De qué? -pregunté, intentando a la vez separarme un poco de él de la forma más disimulada posible. Él sonrió y miró el piso dos segundos, para luego volver a clavar su mirada en mí. 

-Te olvidaste de darme tu número de teléfono. 

Let me be the one to save you || a.i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora